¡Grandes noticias! Acaban de comunicarte que has superado el primer cribado en el proceso de selección al que aplicaste en busca de una nueva oportunidad de desarrollo profesional. Tu CV ha hecho su trabajo -enhorabuena por este primer paso-, y ahora es momento de acudir a la consabida entrevista de trabajo. Ahora bien, ¿conoces los diferentes tipos de entrevistas de trabajo con los que puedes llegar a encontrarte, de forma que no te pille por sorpresa?
Como decíamos, tu CV ha hecho maravillas ayudándote a dar el salto al siguiente paso hacia el trabajo de tus sueños. Tu ánimo está por las nubes… hasta que el responsable de selección te indica que la entrevista se hará en un almuerzo con, ni más ni menos, que el director del departamento. Las dudas empiezan a amontonarse en tu cabeza: ¿Por qué un almuerzo? ¿Será una broma? ¿O más bien una prueba?
Pues así es, y es algo que tiene una explicación muy concreta. Un almuerzo, un desayuno, una dinámica de grupo, una entrevista de tensión…igual que no hay un solo tipo de trabajo, tampoco hay solamente un tipo de entrevista de trabajo. Y si queremos tener las mayores posibilidades de éxito, nos conviene conocer los diferentes tipos de entrevistas de trabajo que se estilan hoy en día para poder desenvolvernos como pez en el agua en todas ellas.
¿POR QUÉ HAY DIFERENTES TIPOS DE ENTREVISTAS DE TRABAJO?
Cuando las empresas quieren evaluar una serie de cualidades muy específicas de los candidatos, es habitual que opten por darle una vuelta al concepto de entrevista de trabajo convencional, esa que todos conocemos y en la que la persona responsable del proceso nos hace una serie de preguntas a las que nosotros vamos respondiendo religiosamente: qué estudios tenemos, qué trabajos hemos desarrollado hasta la fecha, dónde nos vemos de aquí a unos años, etc.
La cuestión es que, para obtener información sobre los candidatos a otros niveles, resulta de gran ayuda optar por conducir las entrevistas de trabajo de formas alternativas: con más personas presentes, sometiendo al candidato a una dosis adicional de estrés, en entornos más relajados o con competiciones de por medio y de muchas otras maneras poco convencionales.
Así pues, para que puedas sentirte preparado para todo lo que venga en tu próximo cambio de trabajo, a continuación te contamos algunos de los diferentes tipos de entrevista de trabajo que puede tocarte vivir en el futuro.
¿Preparado/a? Estas son:
La entrevista cara a cara
Este es sin duda el tipo de entrevista de trabajo que nos resultará más familiar. El objetivo de tu entrevistador es valorar en qué medida tu perfil encaja con el puesto de trabajo ofertado, para lo que te irá formulando preguntas sobre esto y aquello.
La clave en este tipo de entrevistas de trabajo está en centrarnos en las preguntas sin irnos por las ramas: es preferible decir poco, pero decirlo bien antes que querer contar mucho y no responder a la pregunta formulada por el entrevistador.
La entrevista panel
En este caso no tendremos un solo entrevistador…sino varios entrevistadores. ¿Por qué las empresas optan por este tipo de entrevista de trabajo? Por muchas razones, desde el ahorro de tiempo que supone -al ser evaluado por todo el comité de selección al mismo tiempo- hasta ejercer un extra de presión sobre el candidato.
Sea cual sea el motivo, recuerda centrarte en conectar con cada uno de los participantes: no siempre sabrás cuál tendrá más peso en la decisión de contratarte o no, así que no puedes permitirte discriminar. Trata de mantener la calma y dirígete al conjunto, no solo a uno de ellos.
Las entrevistas en desayunos o almuerzos
Tal vez no sea el tipo de entrevista de trabajo más habitual, pero puedes encontrarlo cuando menos te lo esperes. Pero ¿por qué razón en este mundo querría alguien realizar una entrevista de trabajo en un desayuno informal? La respuesta está clara: quieren comprobar cómo nos desenvolvemos en un entorno no tan previsible como el de una entrevista cara a cara.
No siempre es tarea fácil salir airoso en este tipo de entrevistas de trabajo. Como suele decirse, este formato combina el estrés de una entrevista laboral con los nervios de una primera cita. Así que, si quieres conseguir el trabajo, recuerda que estarás bajo el foco en todo momento: desde tu forma de dirigirte al camarero, la bebida o los platos que eliges (por ejemplo, no querrás pedir una sopa que pueda causar un inoportuno desastre en plena entrevista) o incluso si te ofreces a pagar la cuenta, todo esto le dará valiosas pistas al seleccionador sobre tu personalidad.
La entrevista de tensión (o de presión)
Este es un tipo de entrevista de trabajo que no podrás prever tanto como en el caso de un desayuno informal. Las empresas eligen este tipo de entrevistas para comprobar de primera mano la forma de reaccionar de los candidatos ante diferentes situaciones de estrés. Por ejemplo, haciendo esperar a los candidatos, formulando preguntas incómodas, etc.
Así que, si en plena entrevista de trabajo empiezas a percibir cierta tensión o presión sin una causa clara, asegúrate de mostrarte como un témpano de hielo ante cualquier circunstancia que pueda resultarte desconcertante.
En cualquier caso, lo importante es haber superado el primer filtro. Ahora permanece atento a las instrucciones del seleccionador y prepárate para superar con éxito cualquier tipo de entrevista de trabajo que te pongan por delante.