Bien por mantenerse activos o bien porque les apasiona alguna disciplina en especial, es necesario que los niños practiquen deporte. Entre los deportes infantiles más demandados están los que se practican en equipo, como el fútbol, el baloncesto o el voley. Pero quizá prefieran el tenis porque admiran a Carlos Alcaraz o a Paula Badosa. Incluso la gimnasia deportiva, el atletismo o la natación. Lo que está claro es que, cada uno tiene una manera diferente de enfrentarse al deporte. Hay peques con mucha predisposición, disciplina o talento innato. También los hay menos activos, pero todos, con ayuda de sus padres, van a encontrar un deporte que les guste. Y esto es especialmente importante. Porque en función de cómo les apoyes, van a querer continuar o no. Aquí van algunos consejos para que sea constante y, sobre todo, feliz.
No caigas en la competitividad
Una de las actitudes que más pueden desmotivar a los niños a la hora de practicar deporte, es la de los padres presionando a sus hijos para ganar. Si practica un deporte en equipo, anímalo cuando salga a jugar y no comentes nada negativo si ese día no lo eligen para competir ni (peor aún) te enfrentes con el entrenador o los padres de otros niños. No olvides que la práctica de ese deporte es, ante todo, un estímulo para ellos, no un motivo de competitividad para ti.
Deja que sea él o ella quien elija…
A menudo no podemos evitar proyectar nuestras frustraciones en nuestros hijos. Si no pudimos ser músicos profesionales, vamos a querer que ellos lo sean, o que, por lo menos, aprendan a tocar cualquier instrumento. Si no logramos ser alguien dentro del fútbol, soñaremos con que la nueva generación tome el relevo. Pero es un error. El Ministerio de Sanidad, en su guía para padres y madres sobre actividad física de niños y adolescentes, indica que uno de los factores que más desmotivan a los pequeños en la práctica de deportes infantiles es la imposición externa de la actividad. Deja que elija la gimnasia aunque tú hubieras preferido el ciclismo.
… pero oriéntalo si de entre todos los deportes infantiles no se decide por ninguno
Sin embargo, puedes encontrarte en el caso contrario: el de la indecisión. Sabes que quieren practicar un deporte, pero no terminan de decidirse por uno. Quizá, si les ayudas a acotar posibilidades, les sea más fácil elegir. Los niños más tímidos van a preferir deportes para practicar en solitario, y los menos predispuestos al ejercicio físico, los de equipo. Algunos querrán una frecuencia más relajada, como actividad extraescolar, y otros desearán practicar más horas y de forma más intensa: si está en el segundo grupo e insiste en subir de nivel, infórmate de la posibilidad de federarlo con el tiempo en el deporte elegido, en el caso de que decida continuar.
Intenta ir a todas sus competiciones
Salvo por causas de fuerza mayor, acude a sus partidos o competiciones y hazles ver que te emociona y que les apoyas. Pregúntale por sus métodos de entrenamiento o sus trucos para mejorar. Muestra activamente tu interés: eso hará que quieran seguir.
Apóyalo también cuando pierda
Si compite y no gana o si tiene un día especialmente malo, explícale lo bien que lo ha hecho, cuánto ha mejorado con la práctica y que todos tenemos algún día en el que no estamos contentos con nuestro rendimiento. Es bueno que gestione su frustración, pero es mucho mejor si tiene el apoyo de sus padres en lugar de un comentario negativo o la indiferencia.
No lo desanimes si quiere cambiar
Puede que ese deporte con el que soñaba no sea como lo había imaginado, o que no se lleve bien con algunos compañeros, o… Si decide cambiar un deporte por otro, no se lo repruebes. Al contrario: es mucho mejor el cambio que el abandono.