Si estás pensando en apuntar a tus hijos a clases de música, te interesará saber que los beneficios que esto puede suponer para ellos pueden ir mucho más allá de aprender a desenvolverse con un instrumento u otro. Aprender a tocar un instrumento puede resultar de gran ayuda en el desarrollo de tus hijos en diversas maneras.

Según diversos estudios, aprender a desenvolverse con la música ha demostrado mejorar, las habilidades del lenguaje, la memoria, la conducta o la inteligencia espacial. Todas ellas esenciales para la vida diaria de cualquier persona en su transición hacia la adultez. 

En el caso particular de los niños, aprender a tocar un instrumento musical puede contribuir positivamente en muchos aspectos de su vida. Mejorar su estado de ánimo, su relación con los demás y su capacidad de atención, según dichos estudios.

En esta ocasión te hablamos de los numerosos beneficios de aprender a tocar un instrumento musical para los más pequeños de la casa.

BENEFICIOS DE TOCAR UN INSTRUMENTO EN LOS NIÑOS

El cerebro de los niños está en una continua búsqueda de nuevos retos que les ayuden a madurar de forma adecuada. Y aunque muchos de estos retos aparecen de forma natural -por ejemplo, la necesidad de comunicarse a través del lenguaje- otros tantos son el resultado de las actividades a las que les exponemos.

Entre estas actividades, tocar un instrumento representa uno de los aprendizajes que en más ocasiones ha demostrado mejorar el desarrollo de los niños en muchos sentidos. Principalmente a nivel cognitivo, pero también en muchas otras áreas de su desarrollo hacia la vida adulta: a nivel emocional, en su autoestima o en sus capacidades lingüísticas.

Si aún no tienes claro si animar a tus hijos a tocar un instrumento, quizás los siguientes beneficios de hacerlo te ayuden a decidirte:
  • Compromiso: como muchas otras habilidades, tocar un instrumento no es algo que se consiga de la noche a la mañana. Al contrario, se trata de una habilidad que exige dedicación y compromiso por parte del niño para conseguirlo con éxito.
  • Paciencia: muy vinculado al apartado anterior, aprender a tocar un instrumento requiere una alta dosis de paciencia para no dejarse vencer por la frustración de apenas ver progresos, o de ver que éstos llegan muy lentamente.
  • Lectura: según un estudio publicado en 2018, aprender a tocar un instrumento tiene un impacto positivo en las habilidades lingüísticas de los niños, incluida una mejora en su capacidad de lectura y comprensión escrita.
  • Autoestima: el proceso de aprender a tocar un instrumento con soltura ha demostrado contribuir positivamente a reforzar la autoestima en los más jóvenes. A medida que progresan en su dominio del instrumento, su confianza en sí mismos se ve igualmente reforzada.
  • Coordinación: ¿puede haber algo que requiera más coordinación que tocar el piano moviendo las manos de forma independiente? Esto sucede para cualquier instrumento musical, donde el niño debe ser capaz de coordinar cada movimiento incluso llegando a prescindir de la vista como principal apoyo.
  • Memoria: aprender a tocar un instrumento supone todo un reto para la memoria del niño, que debe ser capaz de interiorizar de forma automática los movimientos necesarios para tocar las diferentes melodías.

En resumen, aprender a tocar un instrumento musical puede ser una de las mejores decisiones que tomes para favorecer el desarrollo de tus hijos. Si los ves interesados en el piano, la guitarra o cualquier otro instrumento, no dudes en darles la opción de aprender a tocarlos con soltura.