A medida que nos hacemos más conscientes de la importancia de hacer un consumo responsable de las carnes y otros alimentos derivados de los animales, nos preguntamos si podemos obtener los mismos nutrientes de otros alimentos alternativos más sostenibles, o incluso más saludables.
En este sentido, una de las dudas más habituales pasa por saber si las proteínas vegetales pueden ser tan buenas como las proteínas animales. Y, aunque sus diferencias puedan parecer sutiles, elegir entre unas u otras puede tener un importante impacto sobre tu alimentación.
Así pues, cuando llega el momento de poner la comida en el plato, ¿qué debemos elegir para una dieta más equilibrada y, ya puestos, algo más respetuosa con el medio ambiente?, ¿deberíamos optar por alimentos basados en proteínas vegetales o animales?
Si aún no lo tienes claro, estás en el lugar adecuado: a continuación, te vamos a explicar sus principales diferencias.
EL PAPEL DE LAS PROTEÍNAS EN LA ALIMENTACIÓN
No hace falta ser un deportista consumado ni pasar horas en el gimnasio para necesitar un consumo adecuado de proteínas de forma regular. De hecho, las proteínas juegan un papel decisivo en una gran variedad de funciones en el organismo humano, desde formar los componentes estructurales de nuestras células y tejidos, hasta participar decisivamente en la formación de multitud de enzimas y hormonas vitales.
Por otra parte, el único medio del que disponemos para conseguir las proteínas que nuestro organismo necesita es el de la alimentación. Es decir, debemos asegurarnos de llevar una dieta que nos aporte al menos las cantidades mínimas de proteínas que nuestro cuerpo necesita para mantener todas sus funciones en marcha.
Dicho esto, ¿cuánta cantidad de proteínas es recomendable para ir sobre seguro? Respecto a esta cuestión, multitud de estudios cifran esa cantidad ideal entre 1-1,6 gramos de proteínas por kilo (de peso corporal) al día.
Es decir, una persona de 70 kg debería introducir en su dieta entre 70-112 gramos de proteínas de forma diaria, según estos estudios. Eso sí, la cantidad exacta dependerá de muchas variables, como la actividad física que hagamos, nuestra edad, condiciones de salud, etc.
PROTEÍNAS VEGETALES O ANIMALES: ¿EN QUÉ SE DIFERENCIAN?
Una vez aclarada la cantidad de proteínas que necesitamos incluir cada día en nuestra dieta, el siguiente punto a considerar es el de los diferentes tipos de proteínas por los que podemos optar. Y en lo referido al origen de dichas proteínas, podemos separarlas en proteínas vegetales o animales.
En el caso de las primeras (las proteínas vegetales) nos referimos a las proteínas contenidas en alimentos de origen vegetal como las legumbres, las verduras, los frutos secos o las semillas, por mencionar algunos ejemplos.
Por su parte, las proteínas animales son obviamente aquellas contenidas en alimentos de origen animal, como son la carne de ternera, de pollo, de cerdo, cualquier tipo de pescado, marisco, etc., además de aquellas presentes en los alimentos lácteos, en los huevos, etc.
Respecto a las diferencias entre las proteínas vegetales y animales encontramos en primer lugar su composición de aminoácidos (que son los bloques que forman las proteínas). Por lo general, las proteínas animales cuentan con una composición más completa de aminoácidos que las proteínas vegetales, salvando excepciones (como el caso de la quinoa, un alimento vegetal que presenta una combinación completa de aminoácidos).
Por eso, es importante combinar los alimentos de origen vegetal, como las legumbres (lentejas, garbanzos, judías, etc.), con cereales de diversos tipos (arroz integral, centeno, espelta, etc.) ya que de forma conjunta representan una combinación de aminoácidos mucho más completa que de forma separada.
PROTEÍNAS EN LA DIETA: VER MÁS ALLÁ DE LOS AMINOÁCIDOS
Por último, es importante ver más allá de la composición de aminoácidos al diferenciar entre las proteínas vegetales o animales. Si bien esta es una de las más importantes diferencias, no podemos basar nuestra elección de alimentos limitándonos a esta característica.
Tengamos en cuenta que, aparte de su contenido en proteínas, los alimentos (tanto de origen vegetal como animal) vienen acompañados de una gran variedad de nutrientes también importantes para una alimentación equilibrada.
Por ejemplo, los alimentos ricos en proteínas de origen animal suelen contener otros nutrientes como la vitamina B12, la vitamina D, el hierro o el zinc, entre muchos otros. Por su parte, las proteínas de origen vegetal son ricas en fibra, vitamina C y multitud de antioxidantes, por citar algunos ejemplos.
En resumen, incluir ambos tipos de proteínas (vegetales y animales) de forma equilibrada dentro de la dieta suele ser la mejor forma de conseguir un aporte de nutrientes completo y saludable para una salud de hierro.