¿Has empezado a notar un dolor intenso en la zona de la ingle que se manifiesta en movimientos tan cotidianos como levantarte de la cama, caminar o el simple hecho de cruzar las piernas? ¿Se extiende este dolor hacia la zona baja de tus abdominales? Si es así, tal vez padezcas una de las lesiones más molestas y, a menudo, difíciles de diagnosticar: la pubalgia.  

En esta ocasión echamos una mirada a una frecuente lesión que, si bien no suele revestir gravedad, puede llegar a ser muy molesta y afectar notablemente a la calidad de vida de quien la experimenta. 

¿QUÉ ES LA PUBALGIA?

Más que una lesión específica, se denomina pubalgia al conjunto de lesiones que afectan a los diferentes músculos de la zona inguinal (es decir, en la zona más alta de los muslos en su cara interior, a la altura del pubis). Además, de la misma manera, esta puede afectar también a la zona abdominal.

Se trata de una lesión frecuente entre quienes practican deportes de alto dinamismo. Esta suele venir dada por una sobrecarga muscular derivada de una sucesión de movimientos continuos y repetitivos, como pueden ser los cambios de dirección al jugar al fútbol o al tenis. También puede producirse por constantes cambios de velocidad o por saltos con caídas poco estables. 

De forma general, la pubalgia puede afectar a la zona abdominal (pubalgia alta), a la zona de los aductores (es decir, al interior de los muslos, denominándose pubalgia baja) o a una combinación de ambos (pubalgia mixta).

SÍNTOMAS DE LA PUBALGIA

El síntoma más característico de la pubalgia es la aparición de dolor en las zonas señaladas anteriormente (aductores, abdominal bajo o ambos al mismo tiempo). Se trata de un dolor que, por lo general, va aumentando a medida que pasan los días.

En las fases más tempranas de la lesión, es frecuente que el dolor se limite al momento del ejercicio. A medida que transcurre el tiempo, el dolor suele manifestarse en cualquier momento del día, a menudo de forma continuada y sin necesidad de realizar grandes movimientos.

¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO DE LA PUBALGIA?

Según concluye el portal médico NCBI, en su estudio sobre la pubalgia, el tratamiento generalmente aplicado en una primera instancia no requiere de una intervención quirúrgica. Es lo que sería una terapia conservadora para tratar la lesión.

Este tratamiento no quirúrgico suele extenderse durante ocho semanas de descanso total, seguido de un plan de ejercicios de resistencia progresiva para fortalecer y estirar los músculos afectados en la zona de los aductores.

Paralelamente, también se recomienda realizar ejercicios para fortalecer los músculos abdominales, además de corregir posibles desequilibrios en los músculos de la cadera y estabilizar la zona pélvica.

El ejercicio físico intenso se recuperaría de forma gradual, añadiendo sesiones de fisioterapia para facilitar más aún la recuperación. En cualquier caso, recuerda siempre consultar con un especialista para que pueda evaluar tu caso particular y hacer un diagnóstico adecuado.