Todo el mundo puede enfrentarse a una depresión o a un período de ansiedad que le impida ejercer sus funciones profesionales de una manera efectiva. En estos casos, es necesario hacer un alto en el camino para recuperarse. 

Volver al trabajo después de una baja por ansiedad o depresión es un momento delicado ya que puede suponer el punto de inflexión hacia nuestra recuperación o hacia una recaída.

 

Volver al trabajo después de una baja por ansiedad

Una vez tengamos el alta médica es hora de volver al trabajo. Sin embargo, antes de recuperar nuestra rutina laboral conviene preparar nuestra mente para evitar recaídas y llevar de la mejor manera posible el proceso de reincorporación. 

Uno de los retos más frecuentes es el enfrentarse al peso del estigma social por parte de quienes no entiendan que una enfermedad mental, al igual que una física, produce una incapacidad temporal. Este tipo de prejuicios respecto a la baja laboral por un desequilibrio mental dificulta el retorno a nuestro puesto de trabajo. Por eso debemos estar preparados y ser fuertes ante la posibilidad de ser juzgados. 

Además, debemos dejar atrás nuestros miedos. Es probable que notemos falta de autoestima, sensación de desconexión con el ambiente laboral o incluso angustia por la posibilidad de ser despedido. Solo teniendo el control de nuestras emociones podremos superar la ansiedad por volver al trabajo.  

 

Claves para retornar al trabajo con éxito

Una de cada diez personas mayores de 15 años ha sido diagnosticada de algún problema de salud mental, según la Encuesta Nacional de Salud de España promovida por el Ministerio de Sanidad. Tras superar una depresión o situación de ansiedad, toca volver a la rutina. En muchos casos, integrarse en las dinámicas laborales ayudan a la persona que ha estado de baja médica a encontrar su motivación y sentirse útil de nuevo. 

Tras superar una depresión, y una vez que recibimos el alta por parte del médico de la seguridad social, queda por delante un largo camino que no siempre es sencillo, especialmente cuando la baja ha sido de larga duración. Estas son algunas estrategias que pueden ayudar al trabajador a tener éxito en su retorno a la vida laboral:

  • Trabajar los pensamientos y las actitudes

Entre los temores más comunes que tienen las personas que se reincorporan a su puesto tras haber sufrido estrés laboral se encuentran los siguientes:

  • No ser competente en el puesto 
  • Ser despido por falta de productividad
  • Estar desconectado de los compañeros
  • Sentirse desanimado, triste y sin fuerzas
  • Convertirse en el centro de atención

Si la persona tiene estas ideas incapacitantes, lo mejor es trabajar en ellas con el psicólogo antes de volver al trabajo.

  • Tomarse un periodo de transición

Días antes de la reincorporación hay que comenzar a cuidar los horarios, acostarse y levantarse a la misma hora que lo haríamos si estuviésemos trabajando. 

Conviene establecer contacto previo con algún compañero de confianza, fuera del horario de oficina, para recibir información acerca de qué ambiente nos vamos a encontrar o qué cambios ha habido durante nuestra ausencia.

  • Con calma los primeros días

Aunque no es posible en todas las empresas, procuraremos que nuestros superiores entiendan que no podemos estar al 100% desde el primer día. Lo ideal es hacer una vuelta progresiva, comenzando con una media jornada, que irá aumentando a medida que nos encontremos mejor. 

Siempre que sea posible, conviene echar mano de los recursos de la empresa a través del apoyo de los psicólogos de la organización, una figura que puede ser clave para que la vuelta al trabajo sea un éxito.

  • No juzgarse ni culpabilizarse

Dejar de trabajar por sentir ansiedad o atravesar una depresión es obligatorio y necesario, tal y como recoge la Guía de Autoayuda del Ministerio de Sanidad en torno al bienestar emocional.  Una persona necesita tiempo para recuperar el equilibrio. Por ello, no hay que sentir culpa ni sensación de remordimiento. Tampoco hay que dejar que otras personas opinen que no has sido lo suficientemente fuerte como para seguir el ritmo del trabajo diario.

  • Reflexionar si es el momento adecuado para regresar

Muchas personas se sienten presionadas por su familia, su jefe o sus compañeros de trabajo para regresar al trabajo. En otras ocasiones, son los mismos empleados los que se presionan a sí mismos por no estar llevando ingresos a casa. Lo mejor es preguntarnos cuál es el motivo que nos empuja a retomar el trabajo. 

Encontrarse mejor y tener ganas de volver a la rutina es la única razón por la que es válido regresar al ambiente laboral. Estaremos preparados si no sentimos sensaciones físicas intensas relacionadas con la vuelta al trabajo, si hemos reflexionado sobre aquello que deberíamos evitar para no encontrarnos mal y si somos conscientes de la necesidad de comenzar a retomar nuestras obligaciones laborales poco a poco, con un nivel de exigencia más bajo. 

  • Cuidarse fuera del entorno laboral

Más allá del ámbito laboral, conviene cuidarse a través de cualquier técnica de relajación que nos resulte efectiva. Podemos comenzar a practicar el mindfulness, yoga o meditación como medidas de apoyo. 

Asimismo, el ocio y el deporte también tienen efectos beneficiosos para nuestra salud, y nos ayudan plantearnos cómo superar la ansiedad en los momentos de más trabajo.  

  • Alejar los sentimientos negativos

Quizá te preguntes si vas a ser capaz de sobrellevar la presión. Sin embargo, hay que pensar en positivo. Probablemente ahora tienes más herramientas para saber cuáles son tus fortalezas y más capacidad para lidiar con el estrés. Por otro lado, la ansiedad puede ser un elemento motivador, siempre que no se desborde. 

Un ejercicio muy útil es hacer una lista de cosas que te llevaron a acumular tensión y otro listado paralelo de cuáles son las estrategias que puedes implementar para evitarlo. Si antes te quedabas callado en las reuniones o hacías muchas más horas de las correspondientes en tu jornada, cargabas con el trabajo de otros o aguantabas abusos por parte de jefes o compañeros, visualízate a ti mismo actuando de manera diferente para que si se dan estas situaciones puedas reaccionar a tiempo. En este sentido, resulta conveniente comunicar a los compañeros y superiores cuál va a ser tu actitud a partir de ese momento, así evitarás malentendidos. 

 

Para enfrentar la vuelta al trabajo después de una baja laboral por depresión o ansiedad conviene tener motivación y determinación. Siempre estás a tiempo de rectificar. No olvides que la mejor forma para enfrentarse a los miedos es medirse a ellos, dejando atrás lo que te genera estrés.