Cada 21 de julio se celebra el Día Mundial del Perro, una ocasión magnífica para recordar la importancia de estos fieles amigos. Hoy día, los perros no solo se han convertido en la mascota favorita para millones de personas, sino que por primera vez hay más perros que niños (6.690.000 niños menores de 14 años, según recoge el INE, frente a 6.733.000 perros, constata Statista). La fiebre por convivir con estos animales ha llegado a tal punto que algunos incluso tienen sus propias redes sociales. La industria alrededor de las mascotas (moda, alimentación, juguetes) crece día a día, y en España nunca antes hasta ahora había superado el gasto en sanidad y nutrición de mascotas al de la ganadería porcina. Nos encantan, es cierto. Pero es que además los beneficios de tener un perro son muchos. Y hay estudios científicos al respecto. Estos son los principales.

Mayor actividad física, entre los principales beneficios de tener un perro

Un estudio de la Universidad de Toronto demostró, allá por 2019, que tener un perro reducía en un 24% la mortalidad. Pero no solo eso: a quienes habían sufrido previamente una enfermedad cardiovascular, el hecho de convivir con uno reducía las posibilidades de fallecer por este tipo de dolencias en un 31%. Hay quienes practican deporte con él (running, natación, bicicleta y hasta yoga), y en cualquier caso el hecho de sacarlos a pasear ya es un ejercicio físico de lo más saludable. Las personas con perro se mueven de media 30 minutos más al día que las que no lo tienen, algo especialmente reseñable en la tercera edad, cuando se tiende a dejar de hacer deporte.

Sirven de terapia

Uno de los beneficios de tener perro está asociado a la mejora de la salud mental. Otro estudio, este de la Universidad de California, indicó que los niños con TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad) que leían para animales reales mejoraban sus interacciones con humanos con respecto a los que leían para animales de peluche. En un estudio publicado por la prestigiosa editorial académica Taylor & Francis se consignaba que los veteranos de guerra con trastorno de estrés postraumático mejoraban su percepción de la ansiedad y de otros síntomas asociados cuando paseaban perros de refugio. Además, reducen la depresión y el estrés: una simple caricia a tu perro baja incluso el número de pulsaciones por minuto, y es un eficacísimo medio para ayudar a los niños a relajarse.

Estimulan la memoria

Tiffany Braley, miembro de la Academia Americana de Neurología, analizó datos de 1.369 adultos cuya edad media estaba en los 65 años. Se les realizó numerosas pruebas. El 53% tenía mascotas, y el 32% las tenían a largo plazo (cinco años o más). A lo largo de seis años que duró el estudio se pudo comprobar que quienes tenían mascota mostraban un deterioro cognitivo menor o más ralentizado que los que no. Es decir, tener un perro en la tercera edad puede retrasar la pérdida de memoria o las enfermedades degenerativas como el alzhéimer. Además de los ejercicios para estimular la memoria, la compañía de un perro puede ayudar. Y mucho.

Mejor recuperación de una enfermedad

Según la Fundación Purina, diversos estudios apuntan, entre los numerosos beneficios de tener perro, a un sistema inmunitario más fuerte para sus dueños, al menor absentismo escolar por enfermedad, a una mayor y más rápida recuperación de cualquier dolencia y, en los niños, ayuda a enfrentarse mejor a un tratamiento ante una dolencia crónica.

Son grandes facilitadores sociales

Por si fuera poco, tener un perro nos ayuda a entablar conversaciones con los demás, a despojarse de la timidez y a ser más afectuosos, ya que nuestros amigos peludos lo son con nosotros. Eso sí: adoptar o adquirir un perro no debe ser nunca un acto compulsivo del que nos arrepintamos: hay que asumir que forma parte de nuestra vida y de nuestra familia. Y tú, ¿tienes perro o estás pensando en tenerlo?