En la infancia los niños se enfrentan por primera vez a sus propias emociones. No es una etapa fácil porque hay una gran cantidad de sensaciones que no son capaces de entender, lo que hace que a veces estén frustrados y más cansados de lo normal. Los ejercicios de relajación para niños pueden ayudarles a retomar el control y evitar el estrés.

En realidad, las técnicas de relajación para niños no difieren, en muchos casos, de las que utilizan los adultos. Sin embargo, hay que adaptarlas a su edad para que no les resulten aburridas y desmotivadoras. Realizar una sesión de relajación para niños no es difícil y permitirá a los pequeños llevar una vida saludable y enfrentarse al mundo de una manera más tranquila y segura. Con estos ejercicios,el niño podrá lograr un mayor autoconocimiento, lo que resulta beneficioso para reducir la tensión que supone el día a día.

 

Beneficios de las técnicas de relajación

Cuando los niños practican ejercicios de relajación todo son ventajas. Independientemente del método utilizado, aportaninnumerables beneficios. Estos son algunos de ellos:

Disminuye la ansiedad.

Reduce la tensión muscular.

Aumenta la sensación de bienestar.

Fomenta la calidad del sueño.

Favorece el control de la ira y la agresividad.

Incrementa la capacidad de aprendizaje.

Ayuda a vencer la timidez.

Mejora la concentración y la memoria.

En cuanto a técnicas de relajación se refiere, no es necesario que los ejercicios sean muy complicados ni tengan una larga duración. Solamente hay que tener en cuenta que, dependiendo de la edad del pequeño, debemos utilizar un método u otro, ya que algunos exigen una cierta madurez.

Lo mejor es ir probando diferentes técnicas hasta descubrir cuál es mejor para nuestro pequeño, porque no a todos los niños les funcionan los mismos ejercicios. Nadie mejor que los padres o educadores para saber qué método tiene mejores resultados, en función del carácter del pequeño.

 

Ejercicios de relación para niños

Estos son algunos ejercicios de relajación que podemos probar:

  1. Relajación muscular progresiva de Jacoboson

La técnica de la relajación muscular progresiva de Jacobson es utilizada en personas de todas las edades para bajar los niveles de estrés. Consiste en la tensión y posterior relajación de diferentes grupos musculares.

Primero comenzaremos por las partes más alejadas del tronco, es decir, los pies, las piernas, las manos y los brazos. Iremos tensando cada grupo muscular durante unos segundos y después lo relajaremos durante aproximadamente el triple de tiempo que han estado en tensión. Posteriormente continuaremos con el abdomen y el torso, y por último la cabeza. Realizaremos el proceso hasta tres veces seguidas con cada grupo muscular.

  1. Relajación de Koeppen

Esta técnica de relajación es similar a la de Jacobson, pero utiliza una metodología más simbólica y propone la relajación como un juego porque está orientada a los niños menores de siete años.

Para tensar las manos podemos pedirle que imagine que está exprimiendo una naranja y para los pies podría imaginar que se están hundiendo en el barro. La mandíbula se puede tensar si el niño hace como si está comiendo chicle. Asimismo, el abdomen se puede endurecer si le pedimos que imagine que va a ser pisado por un elefante, y para la cara le diremos que intente espantar a una mosca imaginaria solo gesticulando.

  1. Técnicas de respiración

Haremos que el niño se siente o se tumbe en una posición cómoda, lo que le resultará más fácil si ya hemos hecho con él anteriormente yoga para niños.

En cuanto a la respiración, lo ideal es que se inspire profundamente por la nariz y se exhale por la boca suavemente. Para ayudarse, puede colocar una mano en el pecho y otra en el estómago. Observando cómo se mueven irá rebajando sus niveles de estrés. Este ejercicio se puede realizar en silencio o con una música suave.

  1. Técnica del globo

Si vamos a realizar ejercicios de respiración con niños pequeños, conviene establecer analogías que le permitan entender el ejercicio. La más efectiva es pedir al pequeño que imagine que es un globo que se infla, llenando completamente de aire sus pulmones, y después se desinfla, exhalando el aire muy despacio. Este ejercicio, que se tiene que repetir varias veces para comenzar a ser efectivo, resulta ideal para niños con TDAH.

  1. Imaginar un lugar seguro y relajante

Si algo tienen los niños es imaginación. Por ello, una técnica de relajación muy eficaz es pedirle al pequeño que se tumbe o se siente cómodamente y cierre los ojos. Después de indicarle que haga una respiración más pausada de lo habitual, le pediremos que imagine un lugar relajado, que iremos describiendo. Puede ser un valle verde o una playa solitaria.

Nuestra voz, tranquila y pausada, le irá guiando a través del paisaje, describiendo hasta los más mínimos detalles, como el olor de las flores, el canto de los pájaros, la textura de la arena o el rumor de las olas. Esta técnica resulta muy eficaz para calmar episodios de tensióno ansiedad.

  1. Dibujo simbólico y de mandalas

Una de las maneras más rápidas y eficaces para relajar a un niño es pedirle que pinte. Esta actividad aparentemente sencilla es una excelente forma para liberar la frustración. El pequeño dejará fluir su imaginación y dirigirá su atención a un foco determinado. Además, el dibujo nos permitirá acercarnos a sus deseos, miedos, necesidades y vivencias diarias para conocer un poco mejor qué le está ocurriendo.

Si el niño ya es algo mayor y domina la motricidad fina, una técnica de relajación muy eficaz es pintar mandalas. Las mandalas son dibujos circulares y simétricos cuya pintura por zonas ayuda a aumentar la concentración y disminuir la tensión acumulada, al igual que a desarrollar la paciencia y la creatividad.

  1. Masajes Shantala

Los masajes relajantes son perfectos para los bebés y los niños de hasta 3 años. Ayudados por música suave, aceites vegetales y un ambiente cálido y relajante, aplicaremos un masaje en los pies, piernas, abdomen, pecho, brazos, manos y espalda, en ese orden. Las manos se pasarán por el cuerpo con firmeza, pero suavemente, sin apretar en ningún punto.

La sensación del masaje hace que aumente la serenidad del niño y que se sienta seguro y querido. Además, ayuda en la creación del propio esquema corporal y la identidad, además de incrementar la autoestima.

Al igual que nosotros, los niños necesitan relajarse en ciertos momentos del día. Sin embargo, ellos no saben cómo hacerlo. Nos corresponde a nosotros como adultos, indicarles las técnicas necesarias para liberar tensiones.

  1. Somos marionetas

Muchos niños desbordan energía y no tienen la suficiente paciencia para realizar ejercicios que exijan estar sentados o tumbados. En este caso, las técnicas de relajación tienen que estar basadas en juegos.

Con el fin de contraer y relajar los diferentes músculos del cuerpo diremos al niño que imagine que es una marioneta y tiene un hilo en cada extremidad, en la espalda y en la cabeza. Si tiramos de esa cuerda imaginaria, el niño tendrá que estirar la parte del cuerpo a la que supuestamente está atada. De esta manera podremos ir tensando todos los grupos musculares y después relajarlos a medida que soltamos el hilo imaginario y los dejamos caer. El ejercicio termina cuando dejamos caer a la vez todas las cuerdas y se destensa el cuerpo.

  1. Ejercicio del cubito de hielo

Otra fórmula es pedir al niño que imagine que está dentro de un cubito de hielo, por lo que todos sus músculos deben estar inmóviles y encogidos. A medida que el hielo se vaya derritiendo podrá empezar a moverse lentamente. De esta manera se pasa de un estado de tensión a otro de relajación muscular.

  1. Cantar una canción

La música contribuye a calmar al niño. Para ello, hay que proponer al pequeño cantar una canción que le guste y que conozca, invitándole a controlar el tono y el ritmo. Mejorará su estrés y contribuirá a relajarle.

  1. Aguantar la risa

Este ejercicio de concentración consiste en pedir al niño que aguante la risa mientras mira a otra persona que está intentando hacerle reír. La técnica ayuda a soltar las tensiones y reduce el estrés de ambos participantes.

  1. Abrazar un peluche

Para los niños más pequeños, de hasta 7 años, existe un ejercicio de relajación que consiste en abrazar un peluche. Se le dará instrucciones para que aumente y disminuya la fuerza del abrazo de manera gradual. Así, los músculos se tensan y destensan sin esfuerzo, ofreciendo una sensación de relax.

 

Puede ser a través de la respiración, los dibujos, el juego, los masajes o la imaginación. Cualquier ejercicio de relajación con niños es válido si les ayuda a recuperar la calma, la estabilidad y las sensaciones positivas con las que afrontar su forma de entender el mundo.