Si nuestra edad cronológica es el número de años que han pasado desde nuestro nacimiento (es decir, lo que indica nuestro documento de identidad), la edad biológica se refiere a la edad real de nuestras células, una edad más real a efectos prácticos, ya que tiene en cuenta nuestro estado físico actual.
Y conocer nuestra edad biológica no es una simple cuestión de curiosidad, o al menos no debería serlo así: hay estudios que han demostrado que tener una edad biológica superior a la edad que marca nuestro DNI -es decir, ser físicamente mayores de los años que tenemos- puede incrementar notablemente el riesgo de padecer enfermedades de distinto tipo.
Entonces, ¿cómo podemos mantenernos más jóvenes, más allá de lo que indique nuestro carné de identidad? En este artículo diferenciamos ambas edades –cronológica y biológica– y te explicamos cómo puedes mantenerte más joven pese a lo que diga tu DNI.
EDAD BIOLÓGICA VS EDAD CRONOLÓGICA
Comenzamos con la edad más fácil de explicar, que es la edad cronológica. Y la explicación es muy sencilla: la edad cronológica indica la cantidad exacta de tiempo que una persona lleva vivita y coleando sobre la faz de la Tierra. Y se trata de una edad invariable, ya que la cantidad de días, meses o años que hemos estado vivos nunca cambiará, sin importar cual sea nuestro estilo de vida, lleno de buenos hábitos o, todo lo contrario.
La utilidad de la edad cronológica está en la de revelar una información que se hace necesaria en diferentes momentos a lo largo de nuestra vida. Por ejemplo, cumplir los dieciocho años nos da la posibilidad de comenzar a conducir un coche; o cumplidos los sesenta comenzamos a estar en riesgo de padecer determinadas afecciones asociadas al envejecimiento; o igual que llegados los sesenta y siete años nos jubilaremos.
Pero la realidad es que cada persona envejece de forma diferente. Mientras que unas personas se siguen viendo joviales llegada cierta edad, otras aparentan ser mucho mayores. De hecho, ¿quién no se ha llevado una sorpresa en alguna ocasión al conocer la edad de una persona? Bien por resultarnos mucho más joven de lo que realmente era, o bien por todo lo contrario: ser mucho mayor de lo que su apariencia nos dio a entender.
Nuestra edad biológica representa nuestra edad física, teniendo en cuenta una gran variedad de factores, tales como nuestro estilo de vida, nuestra alimentación, nuestro descanso por las noches y -como no podía ser de otra forma-, lo que está escrito en nuestros genes: nuestra herencia genética.
Ahora que ya hemos presentado las dos edades –cronológica y biológica-, pongamos un ejemplo para entenderlo mejor. Supongamos que Menganito tiene treinta años según su DNI, que lleva una vida sedentaria, nunca hizo ningún tipo de ejercicio, fuma un par de paquetes de cigarrillos cada día y su dieta consiste en comida rápida día sí, día también.
Desafortunadamente para Menganito, es más que probable que su edad biológica sea muy superior a los treinta años que marca su edad cronológica, ¡hay que cuidarse un poco más, Menganito!
EDAD BIOLÓGICA: CUANTA MENOS, ¡MEJOR!
Como indicamos unos párrafos atrás, gozar de una edad biológica superior a la edad cronológica no es algo para tomarse a la ligera. Y el mejor ejemplo es el del estudio publicado en 2019 por el Journal of the National Cancer Institute sobre el impacto de la edad biológica en la salud de la mujer.
En este estudio se sugirió que, por cada cinco años que la edad biológica de una mujer es superior a su edad cronológica, su riesgo de padecer un cáncer de pecho se ve incrementado en un 15%. Pero que este estudio no nos lleve a error: ser más viejos de lo que nos corresponde para nuestra edad cronológica es tan negativo para los hombres como para las mujeres.
Ahora bien, ¿qué podemos hacer para que nuestra edad biológica esté siempre por debajo de nuestra edad cronológica? Aunque nuestros genes no los podemos canjear por otros mejores, hay muchas acciones que aún están en nuestras manos para ganarle más tiempo a la vida:
- Hacer más ejercicio: hay una infinita literatura científica sobre los beneficios del ejercicio para un envejecimiento saludable. Tengas la edad que tengas, siempre hay un momento para empezar a hacer algún tipo de actividad física.
- Estar en un peso saludable: no solo es bueno hacer ejercicio, sino también mantenernos en un peso que reduzca las posibilidades de padecer problemas de salud como la presión arterial alta, la diabetes, etc.
- Comer de forma saludable: lo que no significa limitarse a comer hojas de lechuga y pescado cocido, ni mucho menos. Al contrario, se trata de llevar una dieta equilibrada, rica en los nutrientes que nuestro organismo necesita para funcionar correctamente.
- Beber el agua suficiente: el agua es y seguirá siendo un elemento esencial para gozar de una buena salud. Si no tienes por costumbre beber el agua suficiente a lo largo del día, tu organismo podría llegar a verse afectado.
- Reducir el consumo de tabaco, alcohol y por lo general, de todo aquello que no nos ayude a mantenernos en un mejor estado de salud.
Ahora, ya lo sabes: la edad biológica es una realidad a la que debemos prestar la debida atención. Y tú, ¿cómo de joven te sientes para la edad que indica tu DNI?