Todos tenemos grandes metas u objetivos que queremos alcanzar en la vida. Algunos de ellos tardarán más en hacerse realidad, lo que es totalmente natural en función de la magnitud de cada objetivo. Pero lo más importante que debemos tener en cuenta al marcarnos objetivos a largo plazo es que éstos requieren tiempo, planificación y, por lo general, un esfuerzo importante para verse materializados.
Da igual si tu objetivo es escribir un libro, montar un negocio (que funcione) o aprender a dominar un segundo idioma (por poner tres ejemplos de entre los infinitos objetivos que una persona puede plantearse). Lo habitual al marcarnos objetivos a largo plazo es encontrarnos con un camino lleno de obstáculos que deberemos ser capaces de sortear para conseguir lo que nos hemos propuesto. Es por eso por lo que, una vez alcanzado el objetivo a largo plazo que sea, la sensación de satisfacción que experimentamos suele ser indescriptible.
En este artículo nos adentramos en los objetivos a largo plazo, dándote las claves para alcanzar con éxito todos los que te propongas.
¿QUÉ SON LOS OBJETIVOS A LARGO PLAZO?
Un objetivo a largo plazo es simplemente un propósito que queremos alcanzar en un futuro no inmediato. Nos marcamos estos objetivos con un amplio calendario en mente porque sabemos que no van a resultar fáciles de conseguir. De hecho, lo más normal es que nos lleve varios años conseguirlos, y los iremos logrando a base de pequeños pasos hacia adelante.
Podríamos mencionar infinitos ejemplos de objetivos a largo plazo en muy distintos ámbitos de la vida:
A nivel profesional:
- Llegar al máximo nivel en nuestra profesión.
- Sacarnos un doctorado.
- Crear nuestro propio negocio y hacerlo rentable.
- Dominar una habilidad especialmente compleja.
A nivel personal:
- Formar una familia.
- Dominar un segundo idioma que siempre quisimos hablar.
- Comprarnos una casa en la montaña.
- Ahorrar para retirarnos antes de tiempo.
A nivel de aficiones:
- Aprender a tocar un instrumento.
- Ser fuertes, resistentes y flexibles físicamente.
- Competir en una modalidad deportiva.
- Aprender a dibujar.
Y así podríamos seguir hasta no acabar nunca. Como ves, se trata de objetivos que no conseguiremos con unas pocas semanas de dedicación. Al contrario, su naturaleza implica meses e incluso años de dedicación.
CÓMO ALCANZAR TUS OBJETIVOS A LARGO PLAZO: LA TÉCNICA PARA CONSEGUIRLO.
Como hemos mencionado anteriormente, algo general en los objetivos que nos marcamos a largo plazo es un cierto grado (generalmente elevado) de dificultad para conseguirlos.
Entre los obstáculos que nos encontramos con mayor frecuencia al tratar de alcanzar nuestros objetivos a largo plazo encontramos los siguientes:
- No ver resultados tangibles: los objetivos a largo plazo tienden a resultar frustrantes ya que no solemos ver resultados de inmediato. Nuestras ansias de ver materializados nuestros esfuerzos se convierten entonces en nuestro peor enemigo, disipando nuestras ganas de seguir adelante.
- La pérdida de la motivación: podemos perder la motivación por muy variadas razones, como el hecho de requerir un esfuerzo al que no estábamos acostumbrados. O tal vez no supimos calibrar bien el trabajo que supondría conseguir tal o cual objetivo, y ahora sentimos que se nos ha quedado grande.
- Dar más pasos hacia atrás que hacia adelante: cuando pensábamos haber superado determinado hito en nuestro objetivo…tenemos que volver al paso anterior y volver a caminar lo andado una segunda…tercera…cuarta vez. La sensación de vivir en un constante déjà vu se convierte en nuestro pan de cada día, empujándonos a querer tirar la toalla.
- Falta de constancia: no ser constantes es otra de las causas habituales por las que dejamos de perseguir nuestros objetivos a largo plazo. Y dado que no le estamos dedicando el tiempo necesario, resulta imposible avanzar a buen ritmo.
Ahora bien, sabiendo cuales son los principales obstáculos a los que nos enfrentamos, ¿qué podemos hacer para asegurarnos de alcanzar nuestros objetivos a largo plazo?
Las siguientes pautas te ayudarán a seguir hacia adelante contra viento y marea hasta alcanzar tus objetivos:
- Elegir un solo objetivo: como suele decirse, quien mucho abarca, poco aprieta. Tratar de alcanzar muchos grandes objetivos en la vida puede conducir fácilmente a no conseguir ninguno de ellos. Decide cuál es tu objetivo prioritario y ve a por él con todas tus energías.
- Divídelo en hitos: no hay mejor técnica para lidiar con la frustración que dividir el objetivo en pequeñas partes que podamos ir superando con éxito. De esta forma no tendremos que esperar hasta el final para sentir que estamos progresando.
- Crear una rutina: si conviertes tu objetivo en una rutina más, pronto lo verás perfectamente integrado en tu día a día. Es decisión tuya si dedicarle uno o cinco días a la semana, pero cíñete a lo que decidas y conviértelo en una rutina.
- Recompénsate cuando toque: un objetivo a largo plazo no implica pasarnos meses sin esbozar una sonrisa, no vaya a ser que nos salgamos del libreto. Al contrario, es bueno celebrar los hitos que se van superando y, si te apetece, hacer un brindis por ello.
- Disfruta del camino: y por encima de todo, trata de disfrutar del viaje que supone trabajar para conseguir un objetivo vital a largo plazo.
Y tú, ¿qué objetivos a largo plazo te has marcado en la vida y qué técnica seguiste para conseguirlos?