Parece que fue ayer cuando salías del hospital con tu bebé en brazos y ahora por fin ha llegado el momento de verle marchar para vivir su vida como el adulto que es, lo que puede llevarte a experimentar el síndrome del nido vacío.

Durante mucho tiempo fue solo un pensamiento pasajero, pero finalmente ha llegado el momento en que tu hijo o hija ha echado a volar para vivir su propia vida con plena independencia. 

Siendo algo natural, lo lógico es aceptar cuando los hijos se van de casa y comenzar a disfrutar del espacio para nosotros solos, ¿cierto? ¡No tan rápido! La marcha de los hijos puede suponer un golpe emocional que cada padre y madre asume de una manera…y no siempre es todo alegría y alborozo.

El síndrome del nido vacío se refiere precisamente a la sensación de pérdida que sienten muchos padres y madres cuando sus hijos se mudan finalmente de casa. Y en estos casos, algo tan natural como el salto a la independencia de los hijos se convierte en un duro trago que los padres deben superar. 

En este artículo explicamos en qué consiste el síndrome del nido vacío y cómo superarlo, según los expertos.

¿POR QUÉ SURGE EL SÍNDROME DEL NIDO VACÍO?

Lo primero que debemos entender es que el síndrome del nido vacío que puede surgir cuando los hijos se van de casa no es un trastorno mental. Se trata en su lugar de un término para describir los sentimientos combinados de tristeza, angustia o soledad que algunos padres pueden sentir ante la marcha de los hijos.

Durante muchos años hemos formado nuestra identidad alrededor de la idea de ser padres, entregándonos en cuerpo y alma a la educación de nuestros hijos: las prácticas deportivas, los periodos de exámenes, las fiestas de cumpleaños, los momentos compartidos cada día alrededor de la mesa…todo ello desaparece súbitamente para dejarnos en una situación de cierto desamparo. Dicho de otra forma, nos deja descolocados.

La marcha de los hijos supone un periodo de reajuste para los padres y madres, que deben entender y aceptar que los años de convivencia han sido una etapa más en una relación padres-hijos con diferentes capítulos a lo largo de sus respectivas vidas.

EFECTOS DEL SÍNDROME DEL NIDO VACÍO EN LOS PADRES Y MADRES

El síndrome de nido vacío se suele expresar a través de una serie de síntomas reconocibles en los padres cuyos hijos se han ido de casa recientemente:

  • Pérdida del propósito: esto surge por la sensación en los padres de dejar atrás el que hasta el momento ha sido uno de sus principales cometidos en la vida. En lugar de verlo como un capítulo más en la vida de sus hijos, se percibe como una pérdida irreparable. 
  • Ansiedad respecto de los hijos: no saber cómo nuestros hijos se estarán enfrentando a la vida adulta lejos de nuestra protección suele ser un foco de ansiedad natural para cualquier padre y madre. 
  • Pérdida de control: los padres pueden sentir un alto nivel de frustración al dejar de tener el control sobre el hijo que empieza a vivir de forma independiente. En lugar de dejarle aprender por sus propios medios, muchos padres siguen tratando de mantener su rol controlador, pudiendo resultar contraproducente. 

Como en otros casos de pérdidas dolorosas, asumir que nuestros hijos se han ido de casa supone un proceso de duelo para muchos padres que sienten esa pérdida muy profundamente. 

CÓMO SOBREPONERSE AL SÍNDROME DEL NIDO VACÍO

Superar el síndrome del nido vacío tiene mucho de aceptar la realidad y otro tanto de trabajar para encontrar nuevas formas de sentirnos plenos pese a la repentina sensación de pérdida.

Si este es tu caso, piensa en lo bien que te podría venir tomar algunas iniciativas como las siguientes:

  • Reconectar con uno mismo: ya que hemos recuperado para nosotros el espacio que hasta ahora ocupaba nuestro hijo, ¿porqué no lo aprovechamos para recuperar alguno de los hobbies que dejamos a un lado al ser padres? Tocar un instrumento, dibujar… cualquier actividad que nos motive tendrá más tiempo de dedicación por nuestra parte.
  • Reconectar con nuestra pareja: la salida de casa de un hijo/hija puede ser la oportunidad perfecta para recuperar el tiempo a solas que no hemos podido compartir con nuestra pareja en los últimos ni se sabe cuántos años. ¿Ese viaje pendiente que nunca pudisteis regalaros? ¡Quizás sea el momento perfecto para hacerlo!
  • Encontrar nuevos retos: no hay nada como superar el síndrome del nido vacío agarrando el toro por los cuernos para asumir un nuevo reto personal o profesional. Tan solo debemos pensar qué es lo que nos motivaría conseguir e ir a por ello entregándonos en cuerpo y alma.

Como todo cambio en la vida, la sensación de pérdida al ver volar a los hijos del nido se acaba superando con el tiempo. Tan solo debemos entender que es algo natural y aprovechar la oportunidad en nuestro favor.