Nadie duda de la importancia que tiene el agua para la vida, y aún así, existe poca información sobre la importancia de mantener un buen nivel de hidratación y sobre cómo conseguirloAsí surge la gran pregunta que tanta confusión genera: ¿cuánta agua hay que beber al día para gozar de una buena salud? Seguro que hay un mínimo indispensable, pero ¿hay algún máximo de agua recomendable? ¿Debemos beber más agua con cada cambio de estación?

Tanto el hecho de beber pocas cantidades de agua como beber más de la cuenta puede acarrear consecuencias negativas, pudiendo afectar tanto a nivel cognitivo como en el rendimiento físico. En este artículo repasamos la literatura científica al respecto para aportar un punto de vista objetivo sobre la ingesta de agua en nuestro día a día.

LA IMPORTANCIA DE BEBER AGUA

Comenzamos por un dato impactante: el agua supone el 75% del peso del cuerpo en el caso de los niños, y de un 55% en el caso de las personas mayores. Estas cifras ya nos dan una idea de lo importante que es el agua para el buen funcionamiento de las células que componen nuestro organismo.

Para poner el consumo de agua en su contexto y poder calibrar cuánta agua estamos bebiendo al día, es importante tener en cuenta el porcentaje de agua contenida en los alimentos que ingerimos habitualmente. Y como verás a continuación, no todos los alimentos con agua en su composición son necesariamente líquidos.

Por ejemplo, alimentos como la leche desnatada, las fresas, el melón o la lechuga por mencionar algunos están formados por agua en un rango entre el 90-99%. Es decir, casi al completo. Pero no son los únicos alimentos refrescantes, ya que el yogur, las manzanas o las naranjas están formados en un 80-89% por agua. Incluso alimentos como las legumbres o el salmón están formados también en su mayor parte por agua, al menos entre un 60-69% de su totalidad. 

Ya sabemos entonces a través de qué alimentos podemos ingerir el agua que nuestro organismo necesita, pero ¿sabes de qué distintas maneras tu cuerpo está perdiendo agua a lo largo del día? 

Tal vez te sorprenda saber que el cuerpo humano libera una importante cantidad de agua a través de la respiración, al igual que lo hace a través de la piel, cuando sudamos. Si a esto le sumamos nuestras visitas regulares al excusado, las cantidades de agua que necesitamos recuperar constantemente se hacen aún más evidentes.

¿CUÁNTA AGUA HAY QUE BEBER AL DÍA?

La respuesta a esta pregunta depende de muchas variables. Por ejemplo, la actividad física de cada persona es un factor determinante a la hora de establecer una ingesta diaria de agua recomendada. Pero no el único, como veremos más adelante.

Si queremos ir a lo seguro, multitud de estudios como este cifran una cantidad de agua diaria recomendada alrededor de los 2,5 litros de agua para los hombres y unos 2,2 litros de agua para las mujeres (aunque esta cifra subiría en el caso de mujeres embarazadas y en periodo de lactancia). Por su parte, los niños alcanzan pronto una edad en la que deben beber prácticamente la misma cantidad de agua al día que los adultos.

Y sobre cuánta agua hay que beber al día como máximo, estos mismos estudios indican que superar las cantidades recomendadas no ha demostrado ofrecer beneficios consistentes, por lo que no tendría una justificación clara. Por otra parte, y en casos extremos, beber cantidades exageradas de agua podría llegar a suponer un riesgo para la salud.

FACTORES PARA BEBER MÁS AGUA AL DÍA

Aún así, resulta importante destacar otros factores que pueden condicionar nuestras necesidades diarias de agua, de forma que seamos conscientes de estas para adaptar nuestro consumo a cada situación particular:

  • Las temperaturas allí donde vivamos

Necesitaremos beber más agua en áreas calientes o secas, pero el mismo caso se aplica cuando vivimos en zonas elevadas o montañosas. Si dudas sobre esto último, mira este estudio sobre el impacto de la hidratación en escaladores de montaña.

Ese amigo o amiga que nos cuenta a menudo lo poco que suele comer frutas o verduras en su día a día u otros alimentos con un alto contenido de agua podría sin duda necesitar una cantidad de agua mayor que quien sí que suele introducir esos alimentos de forma habitual en su dieta.

  • La estación del año

En climas con tanto contraste entre el frío y el calor como el nuestro, es natural que necesitemos ingerir más agua en los meses más cálidos que en los más fríos, debido al efecto de la transpiración (o lo que es lo mismo, del sudor).

  • Nuestra salud

Una de las consecuencias directas de los vómitos o la diarrea es la pérdida repentina de líquidos en el cuerpo, circunstancia que también nos obligará a tener que beber más líquidos para reponernos (aunque el agua como tal no siempre será la mejor opción).

Y no son los únicos factores que se deben tener en cuenta. Por su parte, también hay variaciones respecto del agua que se debe beber al día en función del peso de la persona (a mayor peso, mayor es la necesidad de agua). O como indicábamos con anterioridad de una situación de embarazo, cuyas exigencias también tienen sus propios requerimientos a nivel de hidratación.