Llegan los meses de verano y las piscinas se convierten en el principal pasatiempo en miles de hogares. En España hay más de un millón de piscinas, muchas de éstas de propiedad privada, y su mantenimiento para tenerlas en unas condiciones higiénicas adecuadas es clave para poder disfrutar de unos divertidos y refrescantes chapuzones sin riesgos.
Por otra parte, las piscinas desmontables o inflables a las que tan frecuentemente recurrimos cuando no disponemos de una piscina como tal en nuestra vivienda (de obra, para ser más precisos) no son una excepción, y también requieren un mantenimiento y limpieza adecuados por parte de sus propietarios.
Sea cual sea tu caso, en este nuevo artículo te contamos todo lo que debes saber para mantener tu piscina limpia e higiénica durante los calurosos meses del verano.
HAY MUCHA MÁS VIDA DE LA QUE IMAGINAS EN TU PISCINA
A simple vista, una socorrida piscina veraniega como la que tenemos en el jardín -o en el patio- puede parecer una estupenda aliada para ayudarnos a hacer más llevadero el calor del verano. Pero si sacamos el microscopio y echamos un vistazo más cercano… 3, 2, 1… la sintonía de “Tiburón” empieza a sonar de fondo y nos echamos a temblar con lo que estamos viendo ante nosotros: toda una horda de pequeños seres haciendo de las suyas dentro del agua.
Entre los personajes que podemos encontrar fácilmente en una piscina de agua turbia están algunos gérmenes como la Giardia intestinalis, parásito responsable de náuseas, calambres y diarrea, o bacterias como la Escherichia coli, que puede provocar gastroenteritis e infecciones urinarias. Y esto solo por citar un par de ejemplos, ya que la lista es aún mayor.
Además, en el caso particular de las pequeñas piscinas portátiles o inflables, la protección ante estos gérmenes no es la misma que en el caso de las piscinas más grandes, ya que en las primeras no es tan seguro añadir desinfectantes para acabar con los gérmenes.
CÓMO MANTENER LA PISCINA LIMPIA DURANTE EL VERANO
Como avanzábamos unas líneas atrás, la limpieza de la piscina vendrá dada en gran medida por el tipo de piscina. Para que no tengas dudas y puedas darte unos baños libres de incidentes este verano, aquí tienes algunas de las recomendaciones a seguir en función de cada tipo de piscina.
Piscinas portátiles o inflables
En el caso de las pequeñas piscinas portátiles (que no son tan grandes como para contar con su propio sistema de filtrado), estas deberán vaciarse con una elevada frecuencia para ayudar a prevenir la propagación de los gérmenes habitualmente presentes en el agua.
Una vez vaciada por completo, eliminaremos todos los residuos que hayan quedado como posos en el fondo usando agua dulce para ello (podemos añadirle incluso unas gotas de vinagre blanco). Una vez hemos limpiado toda la superficie de la piscina, la dejaremos secar antes de volverla a rellenar con agua.
Después y para mantener el agua limpia de nuestra pequeña piscina durante el mayor tiempo posible, podremos:
- Utilizar dispensadores de cloro para piscinas pequeñas.
- Retirar la suciedad periódicamente con una red.
- Usar una aspiradora acuática para limpiar bien el fondo.
- Cubrir la piscina con una red portátil.
- Instalar pequeños lavaderos para los pies antes del baño.
- O utilizar bolas absorbentes de suciedad.
Piscinas de mayor tamaño
Si nuestra piscina es de obra, el mantenimiento deberá ser aún más meticuloso que en el caso de las piscinas desmontables (ya que no podemos cambiar el agua cada mañana y empezar desde cero). Para asegurarte de que tu piscina se mantiene limpia durante todo el verano, recuerda tener en cuenta las siguientes recomendaciones.
- Cepillar las paredes de la piscina, escaleras y esquinas al menos dos veces por semana. Lo haremos asegurándonos de llegar a todos los rincones posibles para eliminar las formaciones de algas que puedan estar en pleno desarrollo.
- Asegurarnos de contar con una bomba de filtración que haga circular el agua constantemente, retirando los desechos y los productos químicos nocivos del agua.
- Comprobar el equilibrio en el agua de la piscina, ya que el clima o los propios productos químicos pueden tener un impacto directo en la condición del agua. Para ello verificaremos el nivel de pH de forma regular.
- Desinfectar el agua, usando productos como son las tabletas de cloro que liberan progresivamente la cantidad necesaria de cloro en la piscina.
- Y por supuesto, limpiar el filtro de forma periódica para evitar un funcionamiento inadecuado.
Ahora que la piscina está en unas perfectas condiciones de higiene y limpieza, es momento de ponerse el bañador y darse un chapuzón con quienes más quieres: ¡al agua patos!