La educación artística —y no solo como actividad extraescolar, sino también para periodos vacacionales— puede convertirse en ese espacio en el que tu hijo o hija se sienta especialmente a gusto. Y hay motivos para ello más allá de lo obvio (que le apetezca y sea feliz con lo que hace).

A menudo, este tipo de actividad se relega a lo nimio, a lo que no tiene cabida en el día a día. Pero son muchos los beneficios que comporta desarrollar alguna actividad de este tipo y que se prolongue en el tiempo.

¿Qué tipo de actividades se engloban dentro de la educación artística?

Deberíamos hacer distinciones dentro de este campo:

  • Artes plásticas (pintura, escultura, grabado, cerámica, artesanía, dibujo…).
  • Artes visuales (fotografía, arte digital, fan art, videocreación…).
  • Música (canto, tocar algún instrumento…).
  • Artes escénicas (danza, teatro, mímica…).

Beneficios de sumergirse en cualquier disciplina artística

Si bien, como puedes ver, son múltiples y muy variadas las actividades que engloba la educación artística, desarrollar esta faceta puede beneficiar a tu hijo o hija de muchas maneras:

Desarrolla distintas habilidades de una manera orgánica

Los peques se pasan gran parte de su primera infancia cantando, bailando, dibujando. Experimentan el placer de la creación artística y lo hacen espontáneamente. Por tanto, acercarles de una manera más estructurada a eso que ya hacían de bebés les ayudará a desarrollar habilidades que ya están ahí, por lo que no les supondrá un esfuerzo: al contrario, lo interpretarán como parte del juego.

Les permite conocer mejor su entorno

La educación artística nos acerca tácita y explícitamente a nuestra propia identidad y cultura. Todo ello, dejando fluir nuestro yo más creativo y sensible.

Saca al exterior su yo más creativo

No son pocos los adultos que se quejan de que, de pequeños, tenían una sensibilidad especial para el dibujo, la música o la interpretación, pero que nadie los animó a seguir ese camino. Sin buscar beneficios materiales (¡son niños y niñas!), lo cierto es que dejar que se expresen a través del arte los convertirá en adultos más sensibles, más perceptivos y con un pensamiento más flexible, con todo lo que eso les ayudará en otros entornos.

Mejora su atención y su concentración

Si vamos a beneficios claros para ellos y ellas, este te va a gustar. Dado que muchas de las actividades de perfil artístico implican que se involucren y se sumerjan en algo distinto y que les atrae para conseguir lo que quieren (terminar un dibujo, perfeccionar una canción…), su capacidad para prestar atención y concentrarse aumentará exponencialmente.

Aprenderán a trabajar en equipo

En muchas de estas disciplinas, la persona que dirige la actividad va a poner a niños y niñas a trabajar en grupo. Casi sin darse cuenta, comenzarán a desarrollar no solo su capacidad de cooperar, sino también la empatía, las habilidades sociales…

Fomenta su autoestima, su capacidad de análisis y su pensamiento crítico

El proceso creativo desarrolla en los niños y niñas la capacidad de saber qué está bien hecho y por qué, lo cual va a impactar en su pensamiento crítico. Por otra parte, la satisfacción de crear, de terminar lo que habían empezado, de poder mostrarlo, va a incrementar notablemente su autoestima, algo esencial en un mundo en el que la salud mental lo es todo.