Un buen comienzo no siempre lleva implícito un final feliz, pero es el camino corto y directo para conseguirlo. Por eso, empezar bien el día es fundamental para conseguir tener una jornada productiva y cargada de positividad. ¡Y en nuestra mano está hacerlo posible!
Es cierto que hay mil dificultades que nos acechan a diario: los niños, el trabajo o los estudios, la salud, nuestra relación de pareja, las labores del hogar, etc. Sin embargo, hay que tener en cuenta que nuestra actitud puede ayudar a que nos sintamos mejor.
Si te esfuerzas por comenzar el día de forma positiva conseguirás tener más fuerza para afrontar aquello que te preocupa y más energía para disfrutar de todo lo bueno que el futuro te depara. Si quieres que tu día esté lleno de cosas buenas, aquí tienes cinco consejos que te ayudarán a conseguirlo.
1. Empieza el día con tranquilidad
Dormir las horas suficientes es fundamental para nuestra salud, pero para empezar bien el día nada mejor que hacerlo de una manera pausada. Pon el despertador media hora antes y frena los pensamientos negativos en cuanto acudan a tu cabeza. Estamos muy habituados a, nada más abrir los ojos, pensar que va a ser un día muy duro o desviar nuestra atención hacia todas las tareas que tenemos por delante. Sin embargo, si queremos un buen comienzo de jornada, nuestros primeros pensamientos del día deben ser positivos.
Cuando te despiertes haz un par de respiraciones profundas, muéstrate agradecido por todo lo bueno que te rodea y visualiza cualquier cosa que vayas a hacer a lo largo de la jornada que te haga especial ilusión.
No tienen por que ser planes complicados. Bastará con pensar en un café con una amiga, ir a nadar, comprarte un libro, prepararte la cena que te gusta o volver del trabajo caminando. Pequeños planes, momentos para ti, objetivos fáciles de conseguir que harán que tengas una motivación extra para levantarte de la cama.
2. Recarga tu energía con ejercicio
Para empezar bien el día nada mejor que conectar con tu cuerpo y tu mente. Y para ello, es necesario recargar tu energía realizando algo de ejercicio. Si tienes tiempo ve a dar un pequeño paseo de 20 minutos para despejarte y reconectar con el mundo de una manera relajante. Otra opción es realizar suaves estiramientos de espalda y piernas que te permitan relajar los músculos y favorecer la circulación.
Si la actividad física no es lo tuyo, puedes hacer algo de meditación. O simplemente sitúate frente a una ventana, ábrela e inspira y expira profundamente en tres series. No hay mejor manera para aumentar la oxigenación de la sangre, sentir que estamos vivos.
3. Date una ducha con música
La música es una excelente catalizadora de estados de ánimo. Una vez que hemos pensado en positivo y hemos hecho ejercicio, lo que necesitamos es animarnos y motivarnos para enfocar la jornada con nuestra mejor disposición.
Ten preparadas las canciones que más te gustan, las que más te animan y las que despiertan tu entusiasmo. Una buena melodía hará que dejes a un lado las preocupaciones y sientas que puedes con todo. Lo más recomendable es que tengas preparada una playlist de canciones motivadoras, de esas que no puedes dejar de tararear. ¡La ducha es un buen momento para venirse arriba, cantar y dejarse llevar!
4. Desayuna sano y rico
El desayuno es una de las comidas más importantes del día, pero muchas personas no le prestan importancia. Salir de casa con un café rápido no es bueno para tu salud, ni tampoco ayuda a enfocar el día de una manera positiva.
El desayuno tiene que ser relajado, rico y saludable. Lo ideal es que incluya algo de proteína, fibra y vitaminas. Un poco de pavo, frutos secos, cereales integrales, fruta y lácteos son algunas opciones saludables que te permitirán tener la fuerza necesaria para enfocar las primeras horas de la jornada.
Come sin prisas y saboreando cada bocado. Charla con tu pareja o disfruta de unos momentos de tranquilidad, solo para ti, pero no estropees tu desayuno mirando las redes sociales o escuchando las noticias. Ya habrá tiempo después para informarte. Ahora es tu momento. ¡Disfrútalo!
5. Cuida tu aspecto y sonríe
Es cierto que lo mejor de nosotros está en nuestro interior, pero si nos sentimos bien con nuestro aspecto físico lograremos una inmejorable predisposición para hacer frente a los problemas.
Escoge el día anterior la ropa que te vas a poner. Péinate como a ti te gusta. Arréglate y date un pequeño capricho cada día. Cuidar de nuestra apariencia física hará que nos sintamos con mucha más confianza que si nos vemos desaliñados.
En el último vistazo al espejo, dediquémonos una gran sonrisa y una frase motivadora: “sé que puedo hacerlo”, “todo va a salir bien”, “hoy va a ser un buen día” o simplemente un “soy capaz”.
Empezar bien el día es cuestión de hábitos. Si ponemos de nuestra parte, lograremos transformar un estresante comienzo de la jornada en una oportunidad para disfrutar.
Después de estos pequeños rituales estaremos listos para una jornada más. El futuro no podemos controlarlo pero la manera en la que nos preparamos para afrontarlo sí, y comenzar el día con optimismo es la mejor fórmula para poder con todo.