La reflexología (también conocida como reflexoterapia) es un tratamiento manual terapéutico con el que se aplica una presión o masaje con las manos sobre distintos puntos del cuerpo. Una técnica complementaria de salud que tiene su origen en China y en Egipto y que ha demostrado a lo largo de los siglos los numerosos beneficios que tiene desde un punto de vista tanto físico como emocional como veremos a continuación. 

¿Qué es la reflexología podal?

Para conocer los orígenes de esta técnica manual nos tenemos que ir hasta culturas ancestrales donde ya se llevaba a cabo esta terapia manual de presión sobre los pies. Un origen que no es claro del todo ya que la reflexología era usada por culturas muy distintas (la egipcia, la india, la china…); sin embargo, se considera que hace 5.000 años nació en el gigante asiático la reflexoterapia podal moderna que hoy más se aplica. 

Según esta técnica, en las plantas de los pies están reflejadas las distintas partes del cuerpo; de tal forma que presionando sobre alguna de ellas o ejerciendo un masaje sobre las mismas se activan estas zonas que pueden sentir ciertas molestias. Todo un mapa del cuerpo que tenemos en los pies y donde se encuentran (no de forma literal) órganos, músculos y otras partes del cuerpo que se activan en un mecanismo autocurativo por medio de esta técnica manual que es la reflexología podal.

De esta manera, podemos decir que la reflexología o reflexoterapia se vale de esos puntos reflejos que se corresponden con distintas partes del cuerpo gracias a la localización de miles de terminaciones nerviosas en estas extremidades inferiores. 

La reflexoterapia o reflexología podal se incluye dentro del conjunto de medicinas alternativas o complementarias a las técnicas y tratamientos más convencionales. Ambas se unen y se ayudan para tratar todo tipo de dolencias tanto físicas como emocionales. Esto es, es importante dejar claro que la reflexología de pies en ningún momento sustituye al médico o a una medicina o tratamiento médico que se esté siguiendo. 

Beneficios de la reflexología podal

Además del alivio del dolor así como de la reducción de una situación de estrés, esta terapia ofrece incontables beneficios para su salud, como pueden ser la mejora la circulación, la eliminación de toxinas, el alivio en caso de dolores de cabeza recurrentes, la eliminación de dolores de cuello y espalda, el aumento de las defensas (sobre todo en épocas como otoño e invierno), así como la mejora en caso de problemas oculares entre otras buenas noticias para la salud física y mental gracias a esta técnica podal.

Mejora del bienestar general

No es necesario explicar cómo un buen masaje de pies favorece la relajación y ayuda a reducir el estrés. Lo mismo sucede con la reflexología podal, una técnica adecuada en situaciones de nerviosismo ya que con la presión firme en las plantas de los pies el cuerpo libera endorfinas que ayudan a atraer un estado de calma, al tiempo que se mejora el estado de ánimo de la persona. 

Alivio de dolores y tensiones

Si el problema viene en forma de dolores y molestias físicas en la cabeza, cuello o espalda, la reflexología podal ha demostrado su buen hacer en este sentido. No solo para aliviar la tensión o las contracturas musculares, sino para ayudar en caso de que la persona padezca de manera más o menos frecuente migrañas o cefaleas. 

Lo mismo que si la molestia viene en forma de ciática (cuando hay presión o daño al nervio ciático) o bien el paciente padece dolores derivados de una situación de artritis. Gracias a esta técnica de masaje de pies y presión podal se ayuda a mitigar el dolor e incluso a eliminarlo. Además, se logra desbloquear las articulaciones y hasta es efectivo para reducir el consumo de analgésicos o antiinflamatorios precisamente para el dolor. En otras palabras, se mejora la calidad de vida de estas personas si, además, se hace de forma complementaria al tratamiento médico convencional que esté siguiendo en cada caso. 

Estimulación del sistema nervioso

Como hemos comentado al principio, en los pies se localizan miles de terminaciones nerviosas, por lo que no es resulta complicado adivinar cómo la reflexología podal sirve para estimular precisamente el sistema nervioso. Un beneficio que redunda en una mejora de la comunicación que se establece entre el cerebro y las más de 7.000 terminaciones nerviosas que se confirma hay en los pies. 

¿Y esto en que se traduce? Con esta ventaja de salud, la persona experimenta una sensación donde siente más energía en su día a día, más vitalidad para hacer sus acciones cotidianas y esto, a la larga, redunda en una mejora de su bienestar. Esto es cuanto menos importante ya que el sistema nervioso es como la “centralita eléctrica” que contiene un gran cableado distribuido por todo el cuerpo para que todo funcione al mismo ritmo y de manera coordinada. 

Mejora de la circulación sanguínea

La última de las principales bondades de la aplicación de la reflexología podal tiene a la circulación sanguínea como protagonista. Aplicando presión y masajeando los pies en los puntos concretos y adecuados, se permite que el flujo sanguíneo vaya más ligero y fluya mejor. En otras palabras, lo que hace es que el cuerpo reciba una mejor oxigenación y las toxinas del cuerpo se eliminen de una forma más sana y natural gracias a esta técnica milenaria de masaje en los pies. 

Técnicas básicas de reflexología podal

El pie es un área reflexógena o una especie de mapa donde cada punto corresponde a una órgano o sistema del cuerpo; de ahí la importancia de ejercer esa presión en el punto correcto en base a las técnicas básicas que usan los expertos y profesionales en reflexoterapia podal. 

Identificación de los puntos reflejos

Lo primero de todo es llevar a cabo una identificación de los distintos puntos reflejo de los pies y conocer cómo estos están conectados con partes específicas del resto del cuerpo. 

En la primera línea transversal del pie (esto es, en los dedos) encuentran su correspondencia los órganos de la cabeza, el cuello y la nuca; además del área de la nariz y la faringe que se conectan con los pulgares. En la segunda línea transversal del pie (tras los dedos y siguiendo el recorrido morfológico del pie) están los órganos del tórax y abdomen superior, así como brazo y codo. Por último, la tercera línea transversal del pie corresponde a la base de la pelvis y dentro de ella, se encuentran las zonas de las partes del cuerpo y los órganos del área 3.

Presión y movimientos clave

Una vez se sabe cuáles son los puntos clave donde se debe hacer la presión o el masaje adecuado en función de la dolencia de salud a tratar, es el turno de ponerse manos a la obra, nunca mejor dicho. Un trabajo de presión manual que siempre se debe ajustar a las necesidades y sensibilidad del paciente, así como a las áreas que se van a tratar en función de una patología en concreto. 

En líneas generales, los profesionales de esta técnica manual suelen aplicar movimientos ascendentes por la zona del pie para trabajar los órganos o músculos concretos junto a movimientos circulares suaves y una ligera y firme presión (pero sin que llegue a doler) para incidir en la molestia que se está tratando en dicha sesión. 

Automasaje de reflexología podal

De la noche a la mañana uno no se puede convertir en un experto o profesional de la reflexología podal para aliviar las patologías físicas y emocionales que se tengan. Sin embargo, esto no quiere decir que no se puedan aplicar los movimientos antes descritos para, en cierta medida, aliviar tensiones y relajarse al final del día. Y es que no hay nada más placentero y gratificante que dedicar unos minutos al día para realizarse un automasaje en puntos clave de los pies como son los arcos y talones. No olvidemos que nuestros pies soportan todo el peso del cuerpo y sufren la tensión de todo un día sin parar, con actividades constantemente de pie e incluso con calzado inadecuado (por ejemplo, tacón excesivo). 

Precauciones y contraindicaciones

Conocidos los beneficios de la reflexología es importante conocer también las contraindicaciones, así como las precauciones que deben tenerse antes de someterse a una sesión de esta técnica manual. Por ello, antes de nada es importante consultar con un profesional que será el que determine si esa persona puede o no someterse a la reflexología podal. 

Aunque son incontables sus beneficios, esta técnica ancestral no se recomienda en caso de mujeres que estén embarazadas, tampoco si se tienen enfermedades crónicas y agudas o bien patologías infecciosas que cursen fiebre alta, hemorragias o fuertes dolores y espasmos. De la misma manera, tampoco se recomienda esta terapia manual en personas con cáncer metastásico, pacientes que acaban de ser sometidos a una intervención quirúrgica importante, si hay una inflamación del sistema venoso o linfático o si la persona tiene hongos, heridas, llagas o cualquier tipo de erupción en los pies.

 

En la actualidad, prestamos muy poca importancia a los pies, ya que son los grandes olvidados de nuestro cuerpo pese a que a esta zona van a parar multitud de terminaciones nerviosas (y además soporta el peso de nuestro cuerpo). Y aquí entra la importancia de la reflexología podal para aliviar todo tipo de patologías y molestias tanto desde el punto de vista de la salud física como emocional. Una herramienta útil y complementaria a los tratamientos de bienestar y salud convencionales.