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Diferencias entre TAC y resonancia magnética: Todo lo que necesitas saber

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TAC y la Resonancia Magnética son dos técnicas que se usan de manera muy frecuente para el diagnóstico médico por medio de la imagen. Dos grandes avances de la medicina y en especial de la radiología que permiten llevar a cabo tanto el diagnóstico como la detección de todo tipo de patologías y enfermedades para proceder a su posterior tratamiento. Conoce todo sobre ellas (ventajas y desventajas incluidas), así como las diferencias entre ambas. 

¿Qué son el TAC y la resonancia magnética?

Tanto el TAC como la resonancia magnética son dos pruebas que permiten a los profesionales sanitarios llevar a cabo el diagnóstico y detección de enfermedades de una manera eficaz para su tratamiento más acertado. Pero, debemos tener en cuenta que se trata de dos métodos completamente diferentes y aquí te lo explicamos. 

Definición de TAC (Tomografía Axial Computarizada)

El TAC se encarga de tomar distintas imágenes o fotografías del interior del cuerpo del paciente por medio de multitud de rayos X desde distintos ángulos. En ocasiones, es necesario que a la persona que está siendo sometida a esta técnica se le inyecte un contraste en la vena para poder, de una manera más sencilla, diferenciar los distintos vasos sanguíneos y observar cómo se comportan los distintos tejidos del cuerpo.

Dicho de otro modo, el TAC es la técnica evolucionada de lo que hace décadas eran los rayos X más clásicos o las radiografías más convencionales. Ahora, la última tecnología de este sistema permite obtener imágenes más precisas gracias a una resolución más perfecta. Así, y por medio de esta tomografía computarizada los radiólogos pueden diagnosticar y observar con más facilidad diferentes patologías como cáncer, enfermedades cardiovasculares o infecciosas, así como todo tipo de trastornos musculoesqueléticos y traumatismos.

Definición de resonancia magnética (RM)

Por su parte, la resonancia magnética se encarga de proyectar imágenes de los órganos y las estructuras del cuerpo humano por medio de un campo magnético y de ondas de radio muy potentes. Con la resonancia magnética se pueden ver los tejidos blandos como músculos, tendones, meniscos o ligamentos. 

Una observación que se hace con el paciente tumbado boca arriba sobre una especie de mesa deslizante que avanza hacia el interior de una máquina por medio de una abertura circular que es donde se encuentra el imán que toma las imágenes. El examen completo no suele durar más de 60 minutos y gracias a los planos obtenidos se pueden detectar enfermedades de tipo oncológico, neurológico, cardiovascular, muscular o abdominal. 

Diferencias clave entre TAC y resonancia magnética

A simple vista puede parecer que ambas técnicas (diciéndolo de manera rápida y sencilla) que toman imágenes del interior del cuerpo son similares; sin embargo, hay importantes diferencias que son clave a la hora de distinguir un TAC de una resonancia magnética. 

Una de ellas, que es la más reseñable, es que el TAC emplea en su funcionamiento radiación ionizante (por medio de rayos X) en la realización de las pruebas pertinentes, mientras que en la RM no es así y su funcionamiento es por campos magnéticos. Además, el principal cometido de la primera es ver sobre todo la parte de huesos, mientras que la resonancia permite visualizar zonas blandas, cerebro, médula espinal… del cuerpo gracias a su alta resolución espacial. Es más, el TAC se usa sobre todo en situaciones de urgencias para obtener diagnósticos que requieren de cierta celeridad para atender al paciente (por ejemplo en un accidente de coche). 

Muchos de los pacientes tienen cierto recelo o miedo al hacerse una resonancia magnética ya que mientras se va deslizando la cama en la que se encuentra, el interior de la máquina emite un ruido que puede llegar a ser molesto en ocasiones. Por su parte, la tomografía computarizada funciona en completo silencio. 

Más diferencias significativas en ambos casos: si un paciente se va a realizar un RM, el profesional le recuerda que no puede llevar consigo objetos metálicos para no interrumpir las ondas de radio y los campos magnéticos. Pasaría lo mismo si tiene un marcapasos. 

También en ambos casos se pueden administrar contrastes tanto en el TAC como en la RM, que son totalmente seguros y permiten a los profesionales ayudar a evaluar mejor los órganos ya que facilitan que las lesiones se vean de una forma totalmente distinta a las estructuras. Así es como se detectan y caracterizan; por lo tanto, claramente, tienen más beneficios que riesgos. 

Ventajas y desventajas de cada técnica

Ventajas y desventajas del TAC

El uso de un TAC trae muchas más ventajas ya que permite resultados técnicos muy precisos para saber cómo actuar ante la dolencia o enfermedad de un paciente. Así, entre las bondades de esta técnica está el determinar de manera fiable cuándo se requieren procedimientos quirúrgicos, se disminuye la realización de cirugías de exploración, se facilita el diagnóstico y la terapia en casos de cáncer y se orienta al profesional para el manejo de lesiones, enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares entre otras buenas noticias. Por si fuera poco, es una prueba rápida (se tienen las imágenes al instante), segura, sencilla, indolora y nada invasiva para el paciente. Y es menos costosa que una resonancia magnética. 

Sin embargo, no hay que dejar de lado que hay ciertas consideraciones a tener en cuenta relacionadas con la exposición, eso sí en dosis bajas, a la radiación; así como ciertos casos de reacciones alérgicas cuando se inyecta el contraste. El último de sus peros es que la tomografía computarizada presenta ciertas limitaciones cuando se quieren ver tejidos blandos y ciertas patologías para las que es mejor decantarse por una resonancia magnética. 

Ventajas y desventajas de la resonancia magnética

Una de las desventajas del TAC es una ventaja en el caso de la RM. Al no usarse radiación ionizante se puede recurrir a esta técnica de una manera más repetitiva. Esto se suma, en sus pros, al hecho de que la definición de la imagen que se obtiene con una resonancia es mayor cuando se trata de ver en profundidad tejidos blandos, articulaciones, partes del sistema nervioso central… De la misma manera, otra de las ventajas es que el profesional que hace la resonancia observa al detalle para hacer evaluaciones en caso de tumores, enfermedades neurológicas y lesiones articulares.

No obstante, lo bueno en ocasiones viene acompañado de noticias no tan satisfactorias. Y en el caso de las resonancias ocurre lo mismo. En su cara menos amable podemos decir que se trata de una técnica más costosa y por ello no disponible en todos los centros sanitarios. Además, al tratarse de una prueba más larga y dentro de una máquina hace que el paciente tenga cierto miedo, esté incómodo o pase por una situación de claustrofobia mientras se lleva a cabo. Como hemos comentado antes, la resonancia está contraindicada para personas con implantes metálicos o dispositivos médicos. En cuanto a su uso con pacientes embarazadas, se desconocen los riesgos que la resonancia pueda tener para un feto que está en desarrollo. 

Tipos específicos de TAC y resonancia magnética

Hasta ahora esta es la información general sobre las diferencias entre ambas técnicas, su funcionamiento y las ventajas y desventajas en cada caso. De la misma forma es interesante profundizar y saber que hay distintas variantes de un TAC, así como varios tipos de resonancia magnéticas.

Variantes del TAC

Cuando hablamos de tomografía computarizada podemos hacerlo de TAC helicoidal y multicorte o bien de TAC de baja dosis. La primera de ellas, mucho más evolucionada que un TAC convencional, permite a los profesionales de la salud capturar simultáneamente múltiples imágenes de la anatomía de un paciente a partir de los datos helicoidales. Algo especialmente ventajoso en sus aplicaciones para el estudio del sistema nervioso central, el cuello, el tórax, el abdomen, el aparato musculoesquelético o patologías vasculares.

Por su parte, el TAC de baja dosis se tiene en cuenta en aplicaciones más concretas y específicas como ayudar a detectar de forma precoz si existen nódulos pulmonares y ver así si hay tumores en sus primeras fases de desarrollo.

Variantes de resonancia magnética

Lo mismo sucede en el caso de las RM que se dividen, a su vez, en resonancias magnéticas funcionales especialmente indicadas en áreas como la neurología y la psiquiatría ya que miden los pequeños cambios en el flujo sanguíneo que ocurren con la actividad del cerebro; y las resonancias magnéticas con contraste y técnicas avanzadas que  son métodos más evolucionados que resultan más aconsejables en caso de hemorragias en tejidos, lesiones en glándulas y órganos, infartos y lesiones cardíacas, aneurismas, lesiones de columna…

¿Cómo prepararse para un TAC o una resonancia magnética?

Es totalmente comprensible que un paciente se muestre algo nervioso o preocupado antes de someterse a un TAC o a una resonancia magnética. En estos momentos previos es esencial confiar en el médico, así como tomar buena nota de los preparativos previos que se deben seguir en cada prueba.

Si se trata de una tomografía computarizada se le indicará al paciente que acuda en ayunas el día de la prueba (en ocasiones hasta se hace una limpieza previa de los intestinos con un enema), sobre todo si la prueba es en la zona del abdomen. En el mismo momento del TAC se le pedirá que se quite elementos metálicos como joyas, pinzas para el pelo o audífonos.

Evitar metales es otra de las indicaciones que el profesional sanitario hará también si se va a proceder a una resonancia magnética. También en ambos casos, si se usa contraste, el médico le explicará que quizá perciba un cierto sabor metálico en la boca, tenga un ligero dolor de cabeza, irritación, mareos o vómitos por ese líquido. No es grave y desaparecerán en poco tiempo. 

La preparación psicológica es importante para un paciente que se va a someter a una resonancia magnética ya que es una prueba que puede infundir más temor por la claustrofobia que pueda sentir dentro del aparato que toma las imágenes. Ofrecer confianza y explicarle todo al paciente (tanto del tiempo de duración como del ruido que escuchará) serán claves para que pueda ir más tranquilo. La misma cercanía para explicarle, si en su caso se va a someter a un TAC, que esta prueba es mucho más rápida (de media unos 20 minutos), silenciosa y que no sentirá dolor ni molestia alguna. Y lo mejor de todo, los resultados se pueden ver de inmediato. En el caso de una RM esa espera se puede demorar un par de días. 

Conclusiones: ¿Cuál es la mejor opción para tu situación?

Sabiendo qué es un TAC y una resonancia magnética, así como las diferencias entre ambas técnicas y sus pros y contras, será el médico el más indicado para decidir en cada caso a qué prueba se somete el paciente. Todo dependerá de la patología que sufra, de las sospechas ante ciertas enfermedades y del diagnóstico que se precise realizar. Un profesional sanitario que además aconsejará al paciente y le explicará todo lo concerniente a los riesgos, beneficios y desventajas en cada una de estas dos técnicas que son todo un avance médico en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades. 

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