Cada vez más, la exposición al sol es una constante. Ya estemos en una terraza en la ciudad o nos vayamos de excursión a zonas de montaña o playa, tomar el sol no es una elección: es algo que va a ocurrir. Y aunque no debemos olvidar la importancia del astro rey para la salud (la exposición solar hace que nuestro organismo genere vitamina D, un micronutriente imprescindible para nuestros huesos y dientes, y endorfinas, tal como nos recuerda la Fundación Piel Sana), tenemos que saber cómo lograr un bronceado saludable. Hay algunos consejos para hacerlo más evidentes y otros, no tanto. Vamos a verlos.
Vigilar las horas de exposición
Puede parecer una obviedad, pero conviene recordarlo. Las horas centrales de sol (de 12 a 16 horas) son las más nocivas, ya que la radiación solar es especialmente nociva. Lo ideal es ir a la playa por la tarde, a partir de las 18 horas; si estamos caminando en las horas centrales ya mencionadas y no tenemos otro remedio, hagámoslo tomando las medidas oportunas.
Hidratarse y protegerse
Beber agua debe ser nuestra rutina en cualquier momento del año, pero tenemos que estar más atentos que nunca cuando estamos al sol. No estés expuesto/a al sol sin una botella de agua fresca. En cuanto a la protección, debemos aplicar crema solar con un factor de protección alto (preferiblemente, de 50+) y renovarlo como máximo cada dos o tres horas. Por último, y esto aplica tanto dentro como fuera de la playa, no olvidemos ni las gafas de sol ni el sombrero. El sol puede provocar daños irreparables en nuestros ojos, y el sombrero ayudará a evitar quemaduras y golpes de calor.
Evitar los perfumes y exfoliar la piel
Las colonias y perfumes pueden provocar manchas solares que no deseamos. Evitar su uso, al menos en las horas en las que hay sol, es altamente recomendable. Aplicar un exfoliante una vez a la semana como preparación a nuestras vacaciones hará que nuestra piel esté en perfecto estado para recibir los rayos solares.
Una alimentación orientada a tener un bronceado saludable
¿Influye la manera de alimentarse a la hora de tomar el sol? Sin duda. En nuestra dieta no pueden faltar ni los betacarotenos ni la vitamina C. Los betacarotenos son precursores de la vitamina A. Sus propiedades antioxidantes permiten que nos bronceemos mejor y de una manera más segura. Están presentes en frutas y verduras, sobre todo en aquellas de color naranja, pero también en las rojas y en las amarillas. Piña, pimientos rojos o amarillos, tomates, zanahorias, calabaza, mango, melocotón, papaya, piña…, son ricos en betacarotenos. Recuerda: lo mejor es comenzar unos meses antes a nutrirte con estos alimentos para ir preparando la piel.
En cuanto a la vitamina C, es un potentísimo antioxidante que bloquea la acción de los radicales libres y evita el envejecimiento, uno de los efectos más adversos de la radiación solar. En pomelos, naranjas, kiwis, brócoli, melón (además de gran parte de los mencionados anteriormente), entre otros, está muy presente esta vitamina.
Acudir al dermatólogo
Antes y después de nuestra cita con el relax, es muy conveniente acudir al dermatólogo, no solo para que nos paute unas recomendaciones adaptadas a nuestras circunstancias, sino también para detectar posibles alteraciones en la piel.