El mal humor es una mezcla entre enfado e irritabilidad. Un estado de ánimo que nos invade repentinamente y que no siempre sabemos manejar. Las causas hay que buscarlas en un hecho determinado que nos produce frustración, un enfado no expresado, el miedo a lo desconocido o un pesimismo crónico.

En cualquier caso, e independientemente de cuáles sean las causas que lo provocan, desactivar el mal humor es imprescindible para que no nos afecte en nuestro día a día.

A veces nos levantamos de mal humor sin saber por qué y otras tenemos a lo largo del día algún desencadenante que potencia este estado. Si vivimos constantemente episodios de este tipo, terminarán afectando nuestra salud, nuestra vida familiar y profesional.

Aprender a controlar las situaciones de mal de humor no es difícil, si conocemos algunas técnicas específicas para desactivar este estado de ánimo tan negativo.

1. Cambia de escenario

Cuando comiences a notar que estás de mal humor lo mejor es cambiar de escenario, antes de que digas cosas de las que luego te arrepientas. Abandona el lugar en el que estás por unos minutos, hasta que te veas más calmado.Las distracciones ayudan a sosegar cualquier estado de ánimo.

Si puedes, sal a la calle, que es un entorno con más distracciones potenciales en el que seguro encontrarás algo que te llame la atención. Para en seco esa cadena de pensamientos que te lleve a esa situación que te pone de mal humor. Al romper el bucle, te sentirás más liberado.

Para que los demás comprendan mejor la situación avísales que, cuando te asalten estos episodios de mal humor, vas a tomarte unos minutos para ti y que regresarás cuando estés más tranquilo. Esto les ayudará a entenderte mejor.

2. Establece una señal de aviso

Si el mal humor es algo que te ocurre habitualmente, define con tu entorno alguna señal de aviso para que ellos puedan saber que la situación puede llegar a descontrolarse.Esta señal te puede servir a ti como punto de inflexión para cambiar al instante tu forma de actuar.

Quizá a principio te cueste hacer este cambio radical de actitud pero, practicándolo y con el tiempo, el esfuerzo se irá haciendo menor. A veces nos ponemos de mal humor y ni siquiera nos damos cuenta. En esos momentos, un comentario de una persona de nuestro entorno resulta un aliciente perfecto para poder variar el rumbo de nuestras sensaciones.

3. Identifica la causa de tu malestar

Si te notas de mal humor, es conveniente preguntarte a ti mismo cuál ha sido el desencadenante de ese estado de ánimo. A medida que te lo preguntes, irás descubriendo las causas. Una vez conocida la causa podrás hacer algo al respecto.

Hay personas que se ponen de mal humor cuando tienen el estómago vacío o cuando no han dormido las horas suficientes, por ejemplo. Si es tu caso, procura comer con un horario estricto y tener hábitos de sueño saludables.

4. Haz deporte o ejercicios de relajación

Hacer deporte siempre ayuda a dejar atrás el mal humor, ya que no solo te distrae, sino que contribuye a generar endorfinas que harán que te encuentres mejor y tengas una sensación de bienestar inmediata.

Hacer deporte ayuda especialmente a las personas que se levantan de mal humor por las mañanas.Si no tienes tiempo para hacer deporte o la situación no lo permite, haz ejercicios de relajación.

La respiración controlada, por ejemplo, la podemos practicar en cualquier lugar y es una excelente técnica para dejar atrás aquello que nos genera frustración y, por consiguiente, mal humor.

5. Busca el positivismo

Algo tan simple como mirarte al espejo y obligarte a sonreír, aunque no tengas ganas, puede tener efectos beneficiosos. También puedes contrarrestar la negatividad que te supone el mal humor intentando darle la vuelta a la situación para pensar en positivo y buscar el lado divertido de lo que te esté pasando.

Otra opción es rodearte de personas positivas con las que poder hablar distendidamente. Pregúntales qué métodos utilizan para estar siempre de buen humor y quizá saques algunos trucos que puedas poner en práctica.Por último, tienes a tu disposición talleres de risoterapia, comedias en el cine o espectáculos en el teatro pensados para hacerte pasar un buen rato. No dudes en echar mano de ello si la ocasión lo requiere.

6. Deja de poner excusas

Muchas personas que sufren episodios de mal humor se justifican diciendo “yo soy así” o “he heredado el carácter de mi padre”. El primer paso para dejar atrás esta conducta nociva, especialmente si tienes episodios que se producen varias veces al día o de manera continuada, es reconocer que tienes un problema que te está afectando.

Si no encuentras las herramientas adecuadas para poner freno a tu mal humor puedes acudir a un especialista que identifique qué te está ocurriendo. Hará un diagnóstico y te dará pautas personalizadas para tu caso en concreto.

En ocasiones, el mal humor esconde ansiedad o depresión y conviene descartar que estas sean las causas de tu negatividad, o bien poner remedio en el caso de que el psicólogo lo confirme.

Todos tenemos en algún momento un episodio de mal humor. El problema llega cuando estas situaciones se repiten en el tiempo o afectan a nuestro día a día a nivel familiar o profesional. Aprender cómo controlar el mal genio, si no es patológico, es posible. Solo debemos poner de nuestra parte y comenzaremos a ver los resultados.