¿Llevas arrastrando últimamente un fastidioso dolor en la mandíbula al masticar? Si es así, quizás te interese saber que el dolor mandibular es algo que afecta a una gran parte de la población. Y puede deberse no a una, sino a muchas causas diferentes. 

En este artículo analizamos las posibles causas del dolor en la mandíbula al masticar y algunos de sus tratamientos de forma que recuperes cuanto antes tu habitual mordida de cocodrilo.

CAUSAS FRECUENTES DEL DOLOR DE MANDÍBULA

El estrés

Por un lado, el estrés es una de las causas más frecuentes del dolor en la mandíbula al masticar, algo a menudo vinculado con el hábito de rechinar los dientes por las noches (el conocido bruxismo). Cuando por razones de ansiedad apretamos la mandíbula con más fuerza o recurrencia de lo normal, la presión sobre los ligamentos de la musculatura mandibular puede acarrear serios problemas. Por ejemplo, que perdamos la habilidad de mantener su correcta posición.

Causas anatómicas

Pero las posibles causas del dolor mandibular pueden tener otro tipo de orígenes más diversos, y otra de las posibles causas está en la propia anatomía de la mandíbula. No olvidemos que se trata de un conjunto de huesos y articulaciones que están en constante actividad, y que como tales, su propensión a experimentar lesiones es tan factible como padecer una torcedura de muñeca jugando al tenis.

De ahí surge otra posible causa del dolor en la mandíbula al masticar: el denominado desorden en la articulación temporomandibular, un trastorno muy bien documentado que afecta a la articulación muscular que conecta el cráneo con la mandíbula. Si el disco que hace de unión entre ambas partes se viera afectado debido al desgaste o a una mala posición, los dolores al masticar estarían más que justificados.

Salud dental

Aparte de estas posibles causas del dolor de mandíbula, otro factor que puede motivar la aparición de estas molestias es el de nuestra salud dental. Por ejemplo, padecer problemas en las encías, las caries o un doloroso absceso dental pueden conducir indirectamente a un dolor en la mandíbula al irradiarse desde la dentadura. Igualmente, una inadecuada alineación en los dientes o la ausencia de estos puede desembocar en dolores a nivel mandibular

Infecciones como la sinusitis

La lista de posibles condicionantes del dolor de mandíbula al masticar no acaba aquí, ya que otros problemas como la sinusitis (una infección de la mucosa de la nariz) también puede conducir a este tipo de molestias. Esto se debe a que la congestión asociada a la sinusitis puede verse reflejada en los dientes del maxilar superior, al igual que en la mandíbula. 

¿CÓMO REDUCIR EL DOLOR DE LA MANDÍBULA?

Cuando las molestias que estamos experimentando al masticar son leves, es posible que no necesitemos recurrir a un tratamiento médico. En cualquier caso, recuerda contar con la ayuda de un especialista para evitar que el problema pueda hacerse mayor por no atajarlo rápidamente.

En función de las recomendaciones del especialista tras estudiar nuestro caso particular, algunas de las opciones que suelen contemplarse para mitigar las molestias en la mandíbula al masticar pueden comprender:

Masajes mandibulares

Esta técnica no invasiva puede ayudarte a aumentar el flujo sanguíneo y a reducir la tensión en los músculos de la mandíbula. Si acudes a un fisioterapeuta, este te ayudará a reducir el dolor localizando puntos gatillo en los que liberal la tensión muscular acumulada.

Relajación

Cuando el dolor de mandíbula deriva del hábito de apretar los dientes, las técnicas de relajación adecuadas pueden ayudar a reducir el dolor mandibular generado como una respuesta de nuestro cuerpo ante el estrés. 

Frío y calor

Tanto el frío como el calor pueden ayudar a mitigar los dolores mandibulares. Por un lado, el frío puede reducir la hinchazón y la sensación de dolor, mientras que el calor contribuirá a relajar los músculos alrededor de la mandíbula y a aumentar el flujo sanguíneo. 

El dolor de mandíbula al masticar es una afección de lo más habitual, pero no prestarle la debida atención puede hacer que el problema vaya a peor. Si este es tu caso, no dejes de acudir a un especialista para evaluar el origen del problema y encontrar el tratamiento adecuado.