El retraso madurativo en el caso de los niños se caracteriza por un funcionamiento significativamente inferior al que es calificado de normal y esto se manifiesta en el desarrollo de ese menor y se traduce con el paso del tiempo en una falta de una adecuada conducta adaptativa. En este caso vamos a conocer las principales señales que alertan de un retraso madurativo en un niño y posibles tratamientos en cada caso.
¿Qué es el retraso madurativo en niños?
El retraso madurativo se define como una condición de detección o incompleto del desarrollo de ese menor que se caracteriza sobre todo por un deterioro de las habilidades que contribuyen a la inteligencia como pueden ser las cognitivas, las propias del desarrollo del lenguaje, las motoras y sociales; todas ellas manifestadas en las distintas etapas del desarrollo de un menor. Salvo complicaciones, en la mayoría de los casos el pronóstico suele ser de lo más favorable en los niños/as, ya que estos suelen recuperar con el tiempo esas diferencias que tenían o tienen con los niños de su edad. Eso sí, para ello es importante contar con diferentes profesionales y con las herramientas adecuadas para observar esos avances en los más pequeños.
Las causas pueden ser diversas: desde causas prenatales: alteraciones genéticas y cromosómicas, infecciones…; perinatales como prematuridad, hipoxia, meningitis…; postnatales como traumatismos craneoencefálicos, epilepsia, encefalopatías degenerativas…; modelos de crianza inadecuados y hasta causas poco claras en dicha alteración del desarrollo.
Entre los tipos de retraso madurativo y sus implicaciones podemos hablar de los siguientes:
- Retrasos madurativos cognitivos: son aquellos que afectan el funcionamiento intelectual del niño, causando dificultades de aprendizaje que por lo general se hacen evidentes después de que el pequeño comienza la escuela. Esto también afecta en forma de dificultades para comunicarse y jugar con los demás.
- Retrasos en las habilidades motoras: estos interfieren con la capacidad del niño para coordinar grupos de músculos grandes, como los de los brazos y las piernas, y los músculos más pequeños, como los de las manos. En el caso de los bebés a estos les puede costar más gatear y si son niños pueden tener complicaciones para subir o bajar escaleras o hacer tareas sencillas como cepillarse los dientes.
- Retrasos sociales, emocionales y de comportamiento: Los niños con retrasos en el desarrollo, incluidos aquellos con trastornos neuroconductuales como el TEA o el TDAH, suelen presentar también retrasos en las habilidades sociales, emocionales o conductuales.
- Retrasos en la comunicación: se pueden evidenciar de distintas maneras desde dificultades para comprender ciertas palabras, pasando por tener un vocabulario reducido o complicaciones para hablar cuando les toca.
¿Cómo detectar el retraso madurativo en niños? Síntomas más comunes
Cuando hablamos de retraso madurativo es importante tener presentes estos síntomas y señales más comunes como son:
- El niño/a no cumple con los hitos del desarrollo esperados acorde con la edad que tienen en función de varios campos del desarrollo intelectual
- Presenta una baja autoestima y falta de motivación.
- Retraso motor.
- Alteraciones en el lenguaje y la comunicación.
- Dificultades socio afectivas y emocionales
- No presenta el desarrollo normalizado en lo que se supone como autonomía personal.
- No adquiere hábitos de trabajo acorde a sus características ni a su edad
- Presenta dificultades en las habilidades sociales, así como dificultades de aprendizaje cuando llega al colegio.
La atención temprana de posibles desajustes en el desarrollo cognitivo de los más pequeños puede ser clave para prevenir dificultades en el futuro. El retraso madurativo es un problema muy habitual que a veces esconde patologías más graves como autismo y Asperger; de ahí la importancia de conocer estos síntomas y observar el desarrollo del menor y si este sigue una pauta normalizada en este sentido.
Por ello, existen una serie de estudios y patrones que dictaminan el proceso madurativo y cognitivo de los más pequeños y uno de ellos es el conocido como Test de Denver, que se utiliza para evaluar el desarrollo psicotécnico del niño, normalmente en sus primeros seis años de vida.
Diferencias entre retraso madurativo y autismo
Ocasionalmente, mucha gente por error llega a asociar y a englobar en el mismo concepto retraso madurativo y autismo; algo que no es correcto. De ahí la importancia de diferenciar las características principales de cada uno de ellos. Mientras que el retraso madurativo es un desarrollo típico donde el niño/a progresa cronológicamente respecto al curso normal de su edad, pero con una cierta demora o retraso como dice la palabra, con el tiempo y si se ponen los medios y la estimulación adecuada se corrige y se normaliza. demora en el tiempo que llega a normalizarse con una estimulación adecuada.
A diferencia de éste, en el Trastorno del Espectro Autista (TEA) el desarrollo es heterogéneo y se suele concentrar de una manera más específica en las áreas de comunicación e interacción social. A su vez, presentan intereses restringidos y patrones de comportamiento inflexibles y repetitivos. Y otra de las diferencias, en este caso no tiene una cura o no se normaliza como ocurre con el retraso madurativo que, por si te lo estabas preguntando, tampoco es una discapacidad como tal. Solo es desarrollo a un ritmo menor de lo esperado que se puede corregir.
Tratamientos y terapias para el retraso madurativo
Ante un caso de retraso madurativo en un niño son varias las orientaciones que se ofrecen para normalizar ese desarrollo y esa situación. En el caso de los padres y la gente que rodea al niño, los profesionales les darán una serie de pautas para trabajar con ellos y ayudarles en ese camino para revertir ese retraso madurativo (junto a las terapias de los mismos expertos):
- Es importante no excluir al niño/a de actividades o tareas porque su aprendizaje y trabajo sea más lento. Es uno más, aunque le cueste terminar con algo; lo acabará haciendo. Además, integrando al niño con sus iguales este se irá sintiendo cada vez más autónomo y libre; siempre con la ayuda del adulto sin sobreprotegerlo.
- Ofrecer el tiempo necesario para realizar las actividades para que no se sienta presionado y así evitar el sentimiento de frustración. Cada niño lleva su ritmo y debemos ser respetuosos en este sentido para ayudarle.
- Realizar de forma adecuada la estimulación mediante la utilización de materiales enriquecedores y atractivos que facilite el camino hacia un desarrollo más normalizado.
- Se debe establecer una adecuada coordinación entre profesionales, familia y profesores para realizar una buena intervención en el caso de un niño pequeño que sufre un cierto retraso madurativo.
- Trabajar el autoconcepto positivo para fomentar la autoestima en el niño/a. Reforzarle con cada pequeño paso que vaya dando en su desarrollo para llegar a hacer lo mismo que hacen el resto de compañeros y compañeras de su edad.
Conclusión
Como se ha visto, la atención temprana es clave y tremendamente importante cuando se trata de detectar las primeras señales de un retraso madurativo en los niños. De esta manera se podrá actuar a tiempo con la ayuda de las herramientas y los profesionales y contando en todo momento (sobre todo en la parte más familiar, personal y social del menor) con un apoyo emocional y social que es de agradecer en el caso de niños con retraso madurativo.