A menudo conocemos las exposiciones de los museos más prestigiosos de nuestro país, que son muchos pero, ¿y los museos raros? A veces puede ser una opción divertida para ver con tu pareja o tus hijos, y pasar un rato diferente, o para incorporarlo a tu destino vacacional. Estos son los que más nos han llamado la atención.

Museo de miniaturas de Guadalest: ¿el más conocido de los museos raros?

Uno de esos museos que despiertan la curiosidad de los más pequeños: la Estatua de la Libertad en el ojo de una aguja, la Maja desnuda en el ala de una mosca, obras pintadas en un grano de arroz o la sección de un cabello… Evidentemente, hacen falta microscopios para disfrutar de estas curiosas (y diminutísimas) obras.

Museo Fournier de Naipes: un paseo por la historia de las cartas

En Álava se encuentra este curioso museo de naipes exclusivamente dedicado a los juegos de cartas, donde podrás ver desde la historia de los mismos hasta su fabricación y sus distintas técnicas. Un fascinante viaje en el que no falta la magia.

Museo de las Brujas, en Zugarramurdi

A medio camino entre la historia y la leyenda en un enclave tan mágico como Zugarramurdi, el museo de las Brujas rinde homenaje a aquellas mujeres que fueron castigadas por la Inquisición. Asistimos a sus costumbres, sus rituales y a una reproducción de las casas que habitaban.

Museo del Origami, en Zaragoza: la fascinación del papel doblado

Si no has visto el museo del Origami no sabes lo que te estás perdiendo: es increíble la cantidad de maravillas que tienen expuestas. Todas, hechas mediante esta técnica de doblar papel sin cortar ni pegar. Cuentan incluso con una escuela para aprender origami.

Museo del Chocolate de Rute: ¡admira su belén!

En esta localidad cordobesa encontrarás un museo conocido por albergar un enorme belén de chocolate, además de figuras a tamaño natural de famosas celebridades.

Museo del Orinal de Ciudad Rodrigo: de todas épocas y procedencias

Desde luego, el museo del Orinal ocupa uno de los lugares privilegiados entre los museos raros. Eso sí, más de 1.300 piezas de toda época y lugar te esperan en este museo del municipio salmantino.

Museo de la tortura en Santillana del Mar: no apto para niños

Definitivamente, este museo en Cantabria es tan curioso como no recomendable para los pequeños de la casa. Pero los instrumentos que contiene no solo son sorprendentes, sino que no pueden irle mejor a una ciudad de arquitectura medieval, perfectamente conservada.

Museo del Pan de Valladolid: una visita a los orígenes del alimento básico de Occidente

En Europa, el cereal por antonomasia es el trigo y el alimento base por extensión es el pan. A este humilde producto que está en las mesas de miles de personas rinde homenaje el museo del Pan. En él podremos ver la historia del mismo y el proceso de fabricación, que incluye una parte en la que podemos fabricar el nuestro.

Museo de saleros y pimenteros: más de 20.000 piezas reunidas

Es fantástico ver cómo se puede crear una colección tan interesante con objetos cotidianos. Si en Ciudad Rodrigo puedes ver orinales, en Guadalest (el mismo lugar donde puedes ver las miniaturas) se guardan más de 20.000 piezas recopiladas por un coleccionista privado.

Museo Atlántico de Lanzarote: más que uno de los museos raros, uno muy profundo

Si te gusta el buceo, prepárate para esta experiencia única: un museo repleto de figuras hechas de hormigón que solo podrás ver tras una inmersión con un equipo de buceo. El Museo Atlántico está en Lanzarote y es realmente sorprendente.