Los comienzos de año suelen ser siempre los de los buenos propósitos. Uno de ellos es ahorrar, quizá porque junto a esos propósitos de año nuevo viene pegada la factura de los inmensos gastos extra de las navidades anteriores. Proponerse ahorrar es solo una idea; hacerlo con algún método como el Kakebo, que vamos a mostraros en este artículo, puede convertirlo en un propósito cumplido.

Kakebo, un método creado hace más de 100 años por una periodista

La japonesa Motoko Hani creó para una revista femenina, allá por 1904, este método. Así que, aunque se ha popularizado en Occidente en los últimos años, lo cierto es que tiene más de un siglo de antigüedad.

Kakebo significa algo así como «libro mayor del hogar», y está creado para eso, para el ahorro doméstico. Veamos cómo funciona a grandes rasgos.

Cómo funciona Kakebo

Aunque podemos llevar el registro de nuestros gastos en cualquier agenda, incluso en dispositivos digitales (como veremos después), existen libros creados para este fin que comercializan distintas editoriales. Basta con preguntar en tu papelería de confianza.

Todo el método gira en torno a cuatro preguntas esenciales:

  1. ¿Cuánto dinero ingreso?
  2. ¿Cuánto debo o puedo ahorrar?
  3. ¿Cuánto gasto?
  4. ¿Cómo mejorar?

La idea es establecer estrategias de ahorro que te sirvan no en el corto plazo, sino para siempre.

Anotar siempre a la misma hora

La recomendación habitual de los usuarios del método Kakebo es que apuntes todo lo que gastas y en qué lo gastas, incluida la hora, y que lo hagas, a poder ser, a diario y en el mismo momento del día.

Tipos de gastos

Dejando al margen los gastos fijos (por ejemplo, la hipoteca o el alquiler), los gastos variables se dividen en cuatro grupos:

  • Esenciales. Son todos aquellos a los que no podemos renunciar: comida, transporte, material escolar y resto de gastos relacionados con los hijos, etc.
  • No esenciales. Podríamos prescindir de ellos, al menos en parte: salidas con los amigos, escapadas, cenas fuera de casa…
  • Culturales. Aunque podamos considerarlos no esenciales, se consignan fuera de los anteriores: cine, museos, teatro, conciertos…
  • Imprevistos. Como su nombre indica, aquellos que no podemos prever: un electrodoméstico que se estropea, una avería del coche o la invitación a una boda.

Cada anotación deberá ir consignada en la categoría a la que pertenece; junto a cada día, deberemos anotar cuánto dinero nos queda. De este modo, al mirar la semana completa, sabremos en qué gastamos más y dónde podemos ahorrar.

Finalmente, en los libros específicos para llevar el método Kakebo hay una doble página en la que hacer una serie de anotaciones a final de mes.

Algunos consejos

  • Anota en un espacio al margen de cada día o cada semana aquellos gastos que realmente no te hacían ninguna falta (un capricho motivado/a por un momento de euforia, por ejemplo)
  • Reflexiona por escrito sobre cómo solucionarlo (llevar siempre un paraguas en la mochila cuando hay probabilidad de lluvia para evitar comprar uno de urgencia)
  • Haz gráficas de tus gastos (en qué mes has gastado más y por qué). La idea principal del Kakebo es, además de ahorrar, eliminar esos malos hábitos que te hacen despilfarrar
  • Si te peleas con el papel, existen versiones digitales que puedes encontrar en forma de aplicaciones para tu móvil