Cada vez es más frecuente ver a padres y madres españoles hablando en inglés a sus hijos pequeños. Sin duda, su intención es la mejor del mundo, pero ¿en qué medida esto ayuda a los niños pequeños a aprender el idioma? ¿solamente quienes tienen un nivel de inglés nativo pueden enseñar a sus hijos a comprender y hablar en inglés? 

De hecho, no son pocos los padres y madres que dudan si realmente es positivo hablar en inglés a los niños si ellos mismos no dominan el idioma igual que lo haría un nativo. Pero, ¿y si no fuera necesario hablar un perfecto en inglés para que los niños mejoren su aprendizaje? 

En este artículo repasamos lo que dicen los expertos sobre la utilidad de hablar en inglés con nuestros hijos para fomentar en ellos su aprendizaje como segunda lengua, de forma que puedas decidir si incluirlo como parte de tu rutina familiar.

BILINGÜISMO EN LOS PRIMEROS AÑOS 

Los padres de bebés y niños pequeños nos hacemos multitud de preguntas sobre los beneficios (y el coste) de enseñar inglés a nuestros hijos desde pequeños, así como las formas de facilitar la adquisición del inglés como una segunda lengua que puedan emplear de forma natural y sin miedos en su desarrollo posterior.

Pero ¿qué es exactamente el bilingüismo? El término hace referencia a la capacidad de usar dos idiomas de forma habitual, con suficiente soltura como para poder manejarse sin problemas. Y de hecho se trata de una práctica habitual (la norma, por decirlo así) en multitud de países del mundo: Canadá, Bélgica, Filipinas o Sudáfrica son ejemplos de países donde hablar dos idiomas es lo más común.

Ahora bien, ¿qué hay de verdad en los mitos frecuentemente asociados a la enseñanza de dos idiomas a los más pequeños? Vamos a ver lo que dice la ciencia al respecto:

“Los niños expuestos a dos idiomas genera confusión en los niños”

El hecho de que los niños que están expuestos a dos idiomas (por ejemplo, español e inglés) mezclen palabras no representa una señal de confusión. Al contrario, es lo que se denomina mezcla de códigos (code mixing) y es algo de lo más normal al aprender dos idiomas diferentes. 

De hecho, diversos estudios han demostrado que, incluso los bebés menores a dos años, son capaces de distinguir cuando se les está hablando en un idioma en particular, gracias a sus diferentes ritmos y a su entonación particular.

“Los niños que aprenden dos idiomas en la infancia son más inteligentes”

Aparte de los beneficios lógicos de aprender el inglés como segunda lengua (manejarse mejor en el extranjero, poder entablar relaciones con personas de otros países, acceder a mejores puestos de trabajo, etc.), ¿hará más inteligentes a nuestros hijos el hecho de hablar inglés desde muy temprano?

La ciencia ha identificado ciertas ventajas cognitivas en los niños capaces de manejar dos idiomas (como, por ejemplo, a la hora de desarrollar tareas que impliquen un cambio constante de actividades). Pero al margen de estas ventajas, existen otras materias que generan la misma respuesta en los niños, como el hecho de aprender a tocar un instrumento. 

“O se empieza en los primeros años, o no da resultados”

En lo referido al aprendizaje del inglés en los más pequeños, ¿cuánto antes, mejor? Aunque los estudios difieren sobre cuál es la edad crítica para aprender el idioma (que se suele situar entre los cinco y los quince años), en lo que sí que hay un común acuerdo es que lo mejor es empezar cuanto antes.

Así que no es estrictamente necesario empezar a hablar en inglés a nuestros hijos en cuanto vienen al mundo. Lo que sí es cierto es que, respecto de aquellas personas que aprenden el inglés en edades más avanzadas, quienes lo empiezan a practicar en sus primeros compases de vida demuestran una serie de ventajas tales como un mejor acento, un vocabulario más diversificado, mayor competencia gramatical y una mayor habilidad en el procesamiento del lenguaje. 

¿CUÁL ES EL MÉTODO MÁS RECOMENDABLE?

Ahora que hemos desmitificado algunas de las creencias populares sobre enseñar dos idiomas a los hijos, vamos a repasar algunas de las cuestiones que más preocupan a los padres y madres que quieren contribuir activamente a este aprendizaje en sus hijos.

¿Es mejor que cada padre/madre hable en un idioma con el niño/a?

Ya hemos decidido hacer el esfuerzo en hablar en inglés a nuestros hijos. Ahora bien, ¿hay alguna manera de repartir el trabajo entre los padres? 

Tradicionalmente se ha considerado más efectivo seguir la pauta de un idioma por persona, de forma que si una persona se centra en la lengua nativa (español), la otra solo hablará en la lengua secundaria (inglés). Aún así, un estudio a este respecto demostró que los niños que escuchan ambos idiomas del mismo padre/madre a menudo aprenden con éxito dos idiomas. Así que el idioma por persona no es necesariamente la mejor opción.

Eso sí, los bebés deben estar muy expuestos a los sonidos, palabras y gramáticas de los idiomas que estamos tratando de enseñarles, tanto en calidad como en cantidad. Es decir, de poco servirá soltarles alguna expresión en inglés de vez en cuando para que de verdad integren el inglés en su rutina diaria.

Si no tengo un acento perfecto, ¿sirve de algo hablar en inglés a mis hijos?

Este es probablemente el temor más frecuente entre los padres y madres que quieren hablar en inglés a sus hijos, y el primer reparo para hacerlo de forma continuada. Y lo cierto -dicen los expertos- es que no es imprescindible ser nativo para fomentar el inglés en los más pequeños.

De hecho, el simple hecho de mantener presente el inglés en casa (aunque no sea con el acento perfecto) puede estimular el interés por este idioma en los niños, lo que ya es mucho más que ni siquiera intentarlo. Eso sí, en lo que también coinciden los expertos es en el esfuerzo que deben realizar los padres para ver los frutos de su trabajo: 

  • Mejorar su propia destreza con el idioma.
  • Aprender nuevo vocabulario sobre los temas que más interesen a sus pequeños.
  • Mantener una rutina en la práctica del inglés.
  • Ser constantes en el tiempo.
  • Poner la televisión en versión original.
  • Cantar canciones en inglés con los hijos.
  • Apoyarse en recursos como libros, juegos, clases, etc.

Aunque asegurarnos de hablar en inglés a nuestros hijos en sus primeros años no garantizará necesariamente que sigan usando el inglés más adelante, lo que es seguro es que les estaremos haciendo un gran favor esforzándonos en inculcarles el inglés desde sus primeros años de vida.  

Y tú, ¿te animas a hablar en inglés a tus hijos? En cuanto des el primer paso, lo demás seguro que vendrá rodado.