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Familias bilingües: claves para educar a tus hijos en dos o más idiomas

No es infrecuente ver familias en las que se hable más de un idioma. De hecho, cada vez es más habitual. A la existencia de las familias bilingües debemos sumar otro factor: la enseñanza de un segundo y hasta de un tercer idioma en las escuelas.

Obviamente, la realidad actual dista mucho de la de hace pocas décadas. En consecuencia, puede que se manejen ciertos estándares que ya no nos sirven. Por ejemplo, el momento en que un niño comienza a hablar puede no ser igual en una familia monolingüe que bilingüe (aunque hay expertos que lo califican de mito). En estos nuevos entornos, ¿cuáles son las claves en las que debemos fijarnos para educar a nuestros hijos? ¿Cómo introducimos esos idiomas sin que suponga una frustración para los más pequeños?

Beneficios de crecer en familias bilingües

Antes de nada, es interesante que veamos algunos beneficios que, aun sin buscarlos, tiene un niño criado en una familia que habla dos o más idiomas:

Con todo, forzar el bilingüismo, dicen los expertos, tampoco es algo que impacte positivamente en los niños. Pero si la situación familiar lo requiere, ¿cómo hacerlo?

Claves para incorporar dos o más idiomas en el día a día

Sin embargo, y a pesar de que es una maravilla poder dominar dos idiomas con el tiempo, educar en más de un idioma a tus hijos es todo un reto. Por suerte existen recursos, como el canal de YouTube Red de apoyo crianza bilingüe, en cuyos vídeos podemos encontrar recursos que nos sean de utilidad. Es importante plantear correctamente el bilingüismo en casa. Por ello, debemos tener en cuenta estos aspectos:

Empezad desde el nacimiento

Aunque no os entienda y tarde en adquirir el lenguaje, habladle desde el primer día en los dos idiomas. Así adquirirá las competencias de ambos con mayor facilidad.

No fuerces ni obligues a tus hijos a hablar en un determinado idioma

Cuando se vive en una familia que habla con naturalidad dos idiomas, es lógico pensar que nuestros hijos seguirán el ejemplo inmediatamente. Pero no tiene por qué ser así. De hecho, es probable que elijan uno y rechacen el otro. No fuerces al pequeño a hablar en el idioma que rechaza, ya que será contraproducente. Con el tiempo, lo hará él (o ella) solo.

Fluid con naturalidad de un idioma a otro

Si tú y tu pareja soléis hablarles indistintamente en dos lenguas, seguid haciéndolo. Los niños, aunque se decanten por uno solo, os van a entender en los dos.

Ofrecedles ocio en los dos idiomas

O en los que habléis. Si asimilan solo una lengua a lo lúdico (dibujos nombrando objetos, adivinanzas, etcétera), se encariñarán más con una que con otra, aunque terminarán hablando las dos. Lo mismo pasa con las películas, series, libros…: si solo miran la tele en un idioma o leen en un idioma, les costará acostumbrarse al otro.

Y, sobre todo: hablad, hablad mucho

Por más que la televisión o los libros ayuden (y ayudan mucho), lo que mejor fija las competencias de un idioma es hablarlo. Por tanto, buscad un rato al día para conversar animadamente en una lengua… y en la otra.

 

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