El trastorno por déficit de atención e hiperactividad cada vez se detecta más y a edades más tempranas. Lo padecen entre un 2 y un 5% de la población infantil, según recoge en su web la Federación Española de Asociaciones de Ayuda al Déficit de Atención e Hiperactividad. Eso no quiere decir que los padres, cuando reciben el diagnóstico de TDAH de su hijo, no se preocupen. Hay muchos interrogantes alrededor de este trastorno (que no enfermedad) y también muchos mitos que se perpetúan a lo largo del tiempo. Vamos a intentar desentrañar algunos de ellos.

Pasa más inadvertido en niñas que en niños

Realidad. En un niño, el diagnóstico de TDAH es mucho más probable que en una niña (en una proporción de 2 a 1), lo que no quiere decir que estas no lo padezcan. Lo que ocurre es que, al asociar este trastorno a la idea del niño que no para quieto un segundo, es más habitual esta percepción en los varones. Ellas tienden más a quedarse absortas en sus pensamientos, por lo que pasa más inadvertido.

Los niños con TDAH no pueden concentrarse

Mito. Es cierto que los niños con TDAH tienen mayores problemas para concentrarse, pero eso no quiere decir que nunca lo consigan. De hecho, se da un fenómeno en las personas que tienen ese diagnóstico de TDAH, y es que en ocasiones pueden concentrarse más de lo normal (lo que se llama hiperfoco o hiperconcentración). No obstante, los tratamientos terapéuticos se enfocan en lograr un mayor autocontrol en este sentido.

La provoca la falta de disciplina de los padres

Mito. Hay diversos estudios en torno al porqué del origen del TDAH y algunos apuntan a un origen genético, pero se desconoce el porqué de su aparición. Por supuesto, la falta de disciplina no es un factor que tenga que ver con este problema, aunque los padres cuyos hijos reciban un diagnóstico de TDAH quizá necesiten aprender algunas técnicas para su crianza que les ayuden, por ejemplo, a relajarse, algo que sí les cuesta más de lo normal.

Es una discapacidad que impide el aprendizaje

Mito. La dificultad para concentrarse ralentiza en ocasiones algunos procesos de aprendizaje, pero un niño diagnosticado con TDAH está plenamente capacitado para adquirir las habilidades de cualquier niño. Eso no quiere decir que puntualmente no le cueste más, pero es perfectamente capaz de lograrlo.

El TDAH es una condición crónica

Realidad. La mayoría de los adultos con TDAH seguirá padeciéndolo en la edad adulta. Eso sí, con un diagnóstico precoz y terapia aprenderá a vivir con su condición sin problemas.

Si el diagnóstico de TDAH es positivo y mi hijo no es especialmente inquieto, es que dicho diagnóstico está equivocado

Mito. Al incluir «hiperactividad» en el nombre del trastorno, tendemos a imaginar a niños que se pasan el día corriendo, saltando… Sin embargo, la hiperactividad indicada suele ser más mental que física. Eso no quita para que algunos de los niños con diagnóstico de TDAH padezcan de hiperquinesia (movimientos continuados e involuntarios del cuerpo).

Se puede llevar una vida normal con TDAH

Realidad. Un diagnóstico temprano y un buen tratamiento harán que el niño o la niña que padezca TDAH logre no solo llevar una vida absolutamente normal, sino llegar tan lejos como quiera. Un niño con déficit de atención puede necesitar más tiempo para concentrarse, pero también tiene inquietudes y talentos ocultos que querrá explorar.

Si el primer diagnóstico de TDAH es negativo es imposible que lo sufra

Mito. A veces, el diagnóstico de TDAH no se resuelve a la primera, sino que se detectan ciertos patrones de comportamiento compatibles con esta condición y precisa de una mayor observación. La detección progresiva del TDAH es bastante habitual.