Desconectar del trabajo cuando llegamos a casa no siempre es fácil. Estamos envueltos en una rutina diaria que nos obliga a dar lo mejor de nosotros mismos y mantenernos al máximo nivel. Por eso, cuando queremos descansar nos cuesta dejar a un lado todo lo relacionado con el aspecto laboral.

Sin embargo, aprender a desconectar es fundamental, ya que si no lo hacemos podremos tener problemas físicos, sociales y consecuencias psicológicas y emocionales. Para evitarlo, debemos relajarnos, lo que implica hacer un descanso tanto físico como mental.

3 consecuencias de no saber desconectar

En ocasiones, al terminar nuestra jornada laboral, nuestra mente sigue conectada al trabajo. Pensamos en los asuntos que tenemos pendientes, cómo solucionar nuestros problemas laborales o contestamos llamadas telefónicas o e-mails. Todo ello puede tener 3 tipos de consecuencias:

  1. Consecuencias en nuestras relaciones sociales: no desconectar del horario laboral pasará factura a nuestra vida personal. Nuestra pareja, hijos o familiares se sentirán excluidos y poco valorados, y tenderán a reprochárnoslo. 
  2. Consecuencias psicológicas: vivir en un permanente estado de estrés puede desembocar en problemas de salud mental, ansiedad, depresión, irritabilidad, cansancio, fatiga, ataques de pánico o trastornos obsesivo-compulsivos, entre otros. 
  3.  Consecuencias físicas: cuando nuestra mente no descansa somos más propensos a sufrir dolores de cuello y espalda, trastornos digestivos o problemas relacionados con el sueño, además de cardiopatías, dolores de cabeza y aumento de la presión arterial.

¿Cómo desconectar del trabajo al llegar a casa?

Si crees que eres incapaz de desconectar del trabajo ya has dado el primer paso. Para solucionar esta situación lo primero que debes hacer es reconocer que tienes un problema. Aquí tienes seis claves fundamentales que te ayudarán a saber cómo desconectar del trabajo cuando llega el fin de semana:

  1. Pasa tiempo con las personas que más quieres

Antes de salir del trabajo, deja todos los conflictos laborales cerrados y céntrate en disfrutar de tu pareja, tus amigos o tu familia. Busca temas de conversación que no tengan que ver con el trabajo. Si necesitas desahogarte porque estás muy sobrecargado emocionalmente habla con ellos y cuéntales cómo te sientes. Estas conversaciones, tanto banales como de descarga emocional, te van ayudar a dejar atrás el estrés.

  1. Practica deporte o técnicas de relajación

¡Para ser más productivo hay que vencer la pereza! Practicar un deporte te ayudará a reponer energías, despejar tu mente y encontrarte mejor. Cuando hacemos una práctica deportiva liberamos endorfinas, asociadas a los sentimientos de bienestar, felicidad y buen humor. Otra posibilidad es practicar algún ejercicio de relajación, como visualizarte en un lugar agradable, la respiración diafragmática o cualquier práctica relacionada con las técnicas del mindfulness, que te permitirán disfrutar del momento presente.

  1. Realiza una actividad placentera

Sea cual sea tu hobby, te ayudará a conseguir el relax que necesitas. Si te relaja cocinar, quizá puedas comenzar con el batchcooking. De esta manera podrás comer saludablemente toda la semana y sentir tu mente liberada. También puedes pasear, practicar la fotografía, leer un libro o ver una película. Cualquier actividad placentera que realices te permitirá evadirte y no pensar en el trabajo, además de hacerte sentir bien contigo mismo.

  1. Planifica una escapada o un viaje

Mientras planificas una escapada y consultas mapas, documentales o decides las rutas que vas a realizar tu mente se mantiene ocupada y libre de las preocupaciones laborales. Viajar al menos un par de veces al año te mantendrá motivado y animado, y te permitirá dejar atrás la sensación de estrés. Hay muchos profesionales que entre los viajes de fin de semana incluyen alguna escapada a un balneario, ideal para relajar cuerpo y mente.

  1. Desengánchate de las redes sociales

Un buen sistema para desconectar de la rutina diaria es dejar de consultar el móvil y las redes sociales y, por supuesto, no contestar correos electrónicos o llamadas telefónicas que tengan que ver con el trabajo. Apaga las pantallas y disfruta de una buena conversación y de la compañía de quienes te rodean. Si no eres capaz de hacerlo, un buen sistema es desconectar las notificaciones.

  1. Márcate un ritual

Realiza un ritual cuando llegues a casa para dejar atrás la jornada laboral. Puede ser cambiarte de ropa y ponerte algo más cómodo, calzarte unas zapatillas, darte una ducha o, simplemente, sentarte en el sofá. Este sencillo gesto ayudará a tu mente a pasar de un escenario a otro.

Ventajas de aprender a desconectar del trabajo

Necesitamos desconectar del trabajo para estar más sanos. Pero, además, notaremos que al retomarlo somos más productivos y rendimos mejor. Estas son algunas de las ventajas de hacer descansar nuestro cuerpo y nuestra mente tras la jornada laboral:

  • Estaremos listos para afrontar una nueva jornada de trabajo.
  • Mejoraremos nuestra velocidad de procesamiento.
  • Seremos más resolutivos ante situaciones imprevistas.
  • Evitaremos la fatiga.
  • Preservaremos el gusto por nuestra profesión.
  • Tendremos más salud física y mental.
  • Nos sentiremos más motivados y seremos más productivos.

 

Somos personas y no máquinas, y desconectar del trabajo es absolutamente necesario. No debemos sentirnos culpables por dejar a un lado la rutina laboral y centrarnos en nuestro tiempo de ocio. Solo así conseguiremos estar bien con nosotros mismos y con los demás.