¿Eres de las personas que no pueden vivir sin su café por la mañana? Lo seas o no, seguro que a ti también te inunda ese aroma familiar cuando pasas por una cafetería o te alojas en un hotel. En este post te traemos algunos datos curiosos sobre el café para que los compartas con los tuyos.

El café llegó a América… desde Europa

La planta del café es originaria de África. Se cree que los ancestros de los etíopes fueron los primeros que conocieron sus propiedades energizantes, pero no hay evidencia concluyente. Lo que sí se sabe es que desde África se expandió a Arabia, donde comenzó a prepararse de un modo similar al actual, y que desde allí su consumo viajó por la cuenca mediterránea hasta Italia, lugar desde el que se extendió al resto de Europa.

Su consumo saltó a Norteamérica ya en el siglo XVII, y en el XVIII se comenzaron a producir los grandes cultivos de café en el centro y sur de América. De hecho, Brasil es el principal productor mundial.

Dos datos: se beben 2.000 millones de tazas diarias y no, el café no es la 1ª bebida mundial

La bebida más consumida de todo el planeta, si exceptuamos el agua, es el té, con 6.000 millones de tazas al día. Por tanto, no, el café no es la bebida más consumida del mundo, aunque a muchos nos lo parezca. Pero 2.000 millones de tazas al día son una cifra nada desdeñable.

Bach le dedicó una obra

En pleno siglo XVII, el de la expansión del café en el continente, Johann Sebastian Bach le dedicó a esta bebida una pieza, conocida como Cantata del café. En ella, una chica le pide a su padre que no la castigue prohibiéndole beberlo.

España no está entre los grandes consumidores de café

De hecho, son los europeos del norte (junto con los norteamericanos, que encabezan la lista) los principales consumidores de esta bebida. Algo cuando menos curioso, teniendo en cuenta, como hemos visto antes, que tuvieron verdaderas dificultades para acceder a él hasta bien entrado el siglo XIX.

El café natural es el más saludable

En nuestro país tiene mucho predicamento el café torrefacto; sin embargo, el café natural es mucho más saludable, además de tener mejor sabor y más cafeína (eso sí, evítalo por las tardes, sobre todo si tienes problemas para dormir). La variante torrefacto es un grano al que se añade azúcar durante el proceso de tueste: se quema y, además, lleva una cantidad de azúcar que no aporta al café nada bueno.