Aunque pueda no parecerlo a simple vista, las artes marciales son mucho más que dar patadas a diestro y siniestro. Al contrario, practicar deportes olímpicos como el judo, el kárate o el taekwondo supone un importante trabajo a nivel de motricidad, elasticidad y coordinación de movimientos. 

Una vez conocidos los beneficios de las diferentes artes marciales, muchos padres se preguntan cuál es la mejor arte marcial para los niños. En este artículo profundizamos sobre el aporte de este tipo de prácticas en el desarrollo de los niños en su infancia, de forma que los padres puedan decidir en qué momento animarlos a empezar.

LAS ARTES MARCIALES EN LOS NIÑOS

Las artes marciales son una de las prácticas deportivas más antiguas del mundo. Hoy en día muchas personas practican las artes marciales para desarrollar su fuerza física y mental, algo que también se aplica a los más pequeños dados sus importantes beneficios: crecimiento individual, trabajar por objetivos o potenciar el control se encuentran entre sus ventajas para quienes lo practican desde jóvenes.

Además, ¿hay algo más adorable que un grupo de renacuajos haciendo ejercicios sobre el tatami? En cualquier caso y si esta imagen no fuera suficiente para animarte a llevar a tus hijos a aprender artes marciales, quizá lo que vamos a contarte en este artículo te haga cambiar de idea.

Por ejemplo, un estudio liderado por el departamento de Fisiología de la Universidad de Palermo demostró que los niños que practican karate suelen tener una mayor velocidad en sus movimientos, mayor fuerza en las piernas y, en general, más coordinación que los niños que no lo practican. Pero lo más sorprendente es que, además de las mejoras a nivel físico, también presentaron una mejor memoria y visión selectiva. 

Es decir, los beneficios de las artes marciales no son solamente físicos, sino también cognitivos.

BENEFICIOS DE LAS ARTES MARCIALES PARA LOS NIÑOS

Los beneficios de practicar artes marciales no difieren mucho de los beneficios de otras modalidades deportivas, aunque sí que se pueden identificar ligeras diferencias que deben ser consideradas.

MEJORA DE LA CONCENTRACIÓN

Aprender las secuencias de movimientos propios de las artes marciales requiere un nivel de concentración superior a otros deportes. De hecho, las artes marciales coinciden en determinados aspectos con prácticas como el yoga o el mindfullness, pudiendo llegar a producir mejoras similares a nivel de atención y concentración.

Precisamente esta cualidad de las artes marciales fue reflejada por un estudio donde se demostró que un promedio de tres sesiones de taekwondo por semana generó mejoras en la memoria y la atención en los niños, así como beneficios en la concentración y la inhibición del comportamiento.

DISCIPLINA

Basta con presenciar una clase de cualquier arte marcial para comprobar
que su estructura es un componente importante en la preparación de los alumnos, incluyendo rutinas previamente programadas.

Además, los instructores hacen cumplir estrictamente las reglas poniendo énfasis sobre el valor de respetar la programación para alcanzar un verdadero aprendizaje, lo que el niño acabará integrando como algo normal dentro de su día a día.

COORDINACIÓN

La puesta en escena de movimientos específicos en perfecta sintonía entre las diferentes partes del cuerpo (brazos, piernas, abdominales, etc.) requiere el entrenamiento de algo esencial para el desarrollo físico de cualquier niño: su coordinación de movimientos.

Por ejemplo, un simple tropiezo al caminar o al correr puede tener un desenlace fatal en un niño si este no presenta la coordinación suficiente como para reaccionar en una fracción de segundo. 

FLEXIBILIDAD

A medida que los niños crecen, sus músculos tienden a acortarse y endurecerse sin las rutinas de elasticidad adecuadas. A la larga, esto puede acarrear problemas tales como dolores de espalda, desequilibrios funcionales y otros problemas de salud.

Y es que la condición física se considera uno de los marcadores de salud más importantes en la infancia, siendo la flexibilidad uno de sus componentes más importantes. Por ejemplo, la falta de elasticidad en los músculos femorales pueden conducir a una reducción en la movilidad de la cadera en los niños, lo que puede crear desequilibrios en la columna.

RESPETO MUTUO

El respeto es uno de los valores esenciales dentro de la práctica de las artes marciales, con independencia de cuál sea la práctica específica (karate, taekwondo, etc.). Desde el primer día de formación, los niños son instruidos en la importancia de respetar a su entrenador, a sus compañeros, a cuidar el material de entrenamiento, etc.

DEFENSA PERSONAL 

La resolución de conflictos de forma pacífica es uno de los grandes pilares de las artes marciales, de forma que nunca se enseñará a un niño a aprovechar sus habilidades para otra finalidad que no sea la de mejorar su condición física y mental.

Aunque esperamos que nuestros hijos nunca se encuentren en una situación que lo requiera, las habilidades adquiridas en el entrenamiento de las artes marciales pueden convertirse en un recurso clave para un niño en situación de riesgo. Además, las artes marciales han demostrado mejorar el sentido de alerta de lo que sucede a nuestro alrededor, lo que podría ser efectivo para evitar situaciones de riesgo potencial.

En este recurso de la Federación Madrileña de Kárate puedes ver un resumen de los beneficios (tanto físicos como psicológicos) asociados a la práctica del kárate desde muy tempranas edades.

¿CUÁLES SON LAS MEJORES ARTES MARCIALES PARA NIÑOS?

Hay muchos tipos diferentes de artes marciales, así que la más adecuada dependerá de las habilidades concretas que el niño quiera aprender con la opción elegida.

Por ejemplo, estas serían cuatro de las artes marciales más habituales entre los más pequeños:

  • KÁRATE: Pone el foco en el desarrollo espiritual, el autocontrol, la paciencia y la disciplina para ayudar a dominarse a uno mismo. El karate utiliza movimientos equilibrados de todo el cuerpo, con un entrenamiento basado en bloqueos, evasiones y patadas.
  • TAEKWONDO: Su traducción literal vendría a significar «la disciplina del puño y la patada». En su caso, se utilizan únicamente los pies, las manos y otras partes del cuerpo (como las rodillas y los codos). De nuevo, se trata de un arte marcial con unos valores profundamente arraigados en el respeto y la disciplina.
  • JUDO: Se practica comenzando desde una posición del pie, implicando una serie de técnicas que le permiten levantar y arrojar al oponente, colocarlo y lograr su inmovilización. 
  • AIKIDO: su objetivo es el control pacífico de las situaciones de conflicto que puedan surgir. Su objetivo es aprovechar la fuerza del atacante en contra de este, siempre con un alto grado de calma mental y control del cuerpo.

Ahora ya sabes un poco más sobre los beneficios de las artes marciales para los niños. ¿Cuál es la mejor opción? Considera todas las opciones existentes, consulta con un centro especializado y toma la decisión más adecuada para tu caso particular.