Las medidas de conciliación de la vida laboral y familiar no solo afectan a las personas de manera individual. También lo hacen al conjunto de la sociedad, ya que de ellas dependen conceptos como el número de hijos que una persona tiene o la edad a la que decide tenerlos.

Hoy en día, estas medidas están reguladas por ley. Además, las normativas van reformándose y evolucionando con el paso del tiempo para adaptarse a las nuevas necesidades de las personas.

¿Qué es la conciliación de la vida laboral y familiar?

La conciliación de la vida laboral y familiar permite una correcta gestión del tiempo y consigue que las personas puedan crecer y sentirse conformes en sus proyectos personales y profesionales, sin que unos interfieran con los otros.

Para encontrar el bienestar emocional debemos sentirnos realizados como profesionales y a la vez, disponer del tiempo necesario para atender las necesidades familiares, ya sea el cuidado de hijos menores, de personas mayores o dependientes. Además de todo ello, también necesitamos poder disfrutar de tiempo de ocio y de descanso.

Medidas actuales para fomentar la conciliación

La ley de conciliación de la vida familiar y laboral recoge las medidas para compaginar ambas facetas. Esta normativa, además, no es estática, sino que va evolucionando en la misma medida que lo hace la sociedad. Entre las medidas de conciliación existentes en España destacan las siguientes:

  • Baja por maternidad

    La baja por maternidad es de 16 semanas contadas de manera ininterrumpida desde el día del parto, reconociéndose el mismo derecho en los casos de adopción o acogida, ya sea temporal o definitiva, de menores de 6 años o mayores de 6 en riesgos de exclusión social. Durante este tiempo la madre tiene derecho a recibir el 100% de su salario.

Las seis primeras semanas son obligatorias para la madre, mientras que las 10 que quedan puede solicitarlas el padre, e incluso convertirlas en 20 en el caso de solicitar la media jornada.

En cuanto a los requisitos para poder solicitar una baja por maternidad:

    • Si la madre es mayor de 26 años tiene que haber cotizado al menos 180 días en los últimos 7 años o 360 días a lo largo de su vida laboral.
    • Para madres de entre 21 y 26 años se necesitan 90 días cotizados en los 7 años anteriores o 180 días durante su vida laboral.
    • Las madres menores de 21 años no necesitan ningún requerimiento para poder solicitarla.

Por otro lado, si la madre se encuentra en situación de desempleo o no cumple estos requisitos, tiene derecho a la percepción del IPREM durante 42 días, a los que hay que sumar otros 14 en familias monoparentales, partos múltiples o familias numerosas. Y si la madre está cobrando el subsidio de desempleo, éste se interrumpe y después de la baja se reanuda.

  • Baja por paternidad

    La baja por paternidad es de 16 semanas, en el cual el trabajador recibe el 100% de su salario. Las condiciones son iguales que la baja por maternidad, si bien no se aplican las excepciones sobre los tiempos de cotización mínimos en el caso de las madres en el tramo de edad de entre 21 y 26 años. La baja por paternidad iguala las oportunidades entre mujeres y hombres.

  • Seguridad durante el embarazo y la lactancia

    Durante el embarazo la mujer no puede hacer horas extras en el trabajo nocturno. Además, tampoco podrá hacerse cargo de trabajos que impliquen un esfuerzo físico. Esto también se aplica a las madres durante los primeros nueve meses tras el parto. Una mujer que desempeña un trabajo peligroso tiene que ser derivada a otro puesto con el mismo salario o bien puede acogerse a una baja laboral.

  • Permiso de lactancia

Con este permiso para el cuidado del menor la profesional puede ausentarse durante una hora de su jornada laboral, que a su vez puede dividirse en dos fracciones. Se puede acumular este tiempo en 15 días naturales o reducir la jornada laboral para salir o entrar con media hora de diferencia. Si el parto, la adopción o el acogimiento son múltiples, el permiso aumenta progresivamente. Además, este permiso puede disfrutarse hasta 12 meses, si bien los tres últimos conllevan una reducción provisional del salario.

  • Excedencias para el cuidado de hijos menores y familiares

    Este parón laboral tiene consecuencias en el salario. Las excedencias voluntarias para el cuidado de hijos y familiares pueden concederse en un periodo comprendido entre los 4 meses y los 5 años de duración, siempre que el trabajador lleve un año en la empresa. Si la excedencia es por maternidad, adopción, acogimiento de menores de 6 años o el cuidado de familiares dependientes existe la obligatoriedad por parte de la empresa de guardar el puesto de trabajo al empleado durante un año.

  • Permiso para formación

    La legislación recoge la posibilidad de que los trabajadores dispongan de tiempo para su formación dentro de su horario laboral con el fin de reciclar o ampliar conocimientos.

  • Ayudas especiales para autónomos

    Los permisos de maternidad y paternidad son iguales para los autónomos que para los trabajadores por cuenta ajena. Si el empresario necesita contratar a un profesional de sustitución no tendrá obligación de cotizar a la Seguridad Social por él.

  • Adaptación de la duración y de la distribución de la jornada de trabajo

    Todos los trabajadores tienen derecho a la adaptación y distribución de la jornada de trabajo para conciliar la vida laboral y personal, independientemente de si tienen hijos o no, sin reducción de salario. Incluso el trabajador puede solicitar la realización de la jornada laboral mediante el teletrabajo.

Ventajas de la conciliación para profesionales y empresas

Las ventajas de la conciliación de la vida laboral y familiar son muchas, tanto para el trabajador como para la empresa.

  • En el caso del profesional: mejora la calidad de vida al reducir los niveles de estrés y potenciando la igualdad entre hombres y mujeres. Aumenta la motivación y el desarrollo personal y profesional.
  • En el caso de la empresa: la conciliación y la flexibilidad horaria reducen el absentismo laboral. Aumenta la productividad, mejora el ambiente de trabajo y la retención del talento, se reducen costes por desplazamiento y la sustitución de trabajadores. Además, aumenta la competitividad de la compañía y mejora su imagen pública.

El objetivo final de la conciliación de la vida laboral y familiar es que el trabajador pueda disfrutar de ambas facetas de su vida, sin tener la sensación de que una interfiere demasiado en la otra. De esta manera, lograremos profesionales más realizados, satisfechos y motivados.