Si nos preguntamos cómo vencer la pereza, la respuesta la podemos encontrar en la motivación y fuerza de voluntad. Sin embargo, son conceptos muy volátiles, que tal como vienen, desaparecen. 

Todos alguna vez hemos vivido una situación en la que sabemos que tenemos que hacer una actividad, pero somos incapaces de ponernos en marcha. Unos lo llaman desidia, otros prefieren denominarlo desgana y hay quien piensa que la inactividad tiene una gran dosis de desmotivación. 

En cualquier caso, la pereza impide trabajar al máximo potencial y nos hace estar estancados, tanto en el terreno personal como profesional. Esta situación de inmovilismo que nos domina en ocasiones nos hace sentir culpables por no estar haciendo frente a las situaciones que deberíamos afrontar. 

 

Consejos para superar la pereza

Existen muchos motivos que nos impiden superar la pereza. Quizá la tarea a la que debemos enfrentarnos no nos gusta, la meta es demasiado compleja, o simplemente estamos agotados física o mentalmente. El estrés, el miedo, la incapacidad de gestionar nuestro tiempo y la falta de previsión u organización son algunas de las causas que te pueden impedir lograr tus metas y alcanzar tus objetivos.

Sea cual sea el motivo de la desidia, desarrollar las tareas que tenemos en mente es posible si seguimos algunos pequeños consejos para combatir la pereza. Así, lograremos tener fuerza de voluntad y solventar esta situación de bloqueo, teniendo en cuenta que el primer paso siempre es el que más nos cuesta, pero también el más importante

1. Mantén un entorno limpio y organizado

Una de las claves del éxito a la hora de vencer la pereza es no dejarse llevar por la desgana y para ello la organización es muy importante. Si nuestro entorno es un caos es más fácil desmotivarnos. En cambio, si lo mantenemos limpio y ordenado nos resultará más sencillo ponernos con las tareas.

La idea de organización puede trasladarse a cualquier ámbito: tu casa, tu habitación, tu trabajo, tu mesa de estudio, tu ordenador… Intenta mantener todo en su sitio y no te costará tanto realizar aquellas labores que tengas que hacer.

2. Revisa tu entorno

La pereza es contagiosa. Si estás rodeado de personas que postergan la realización de sus tareas es más fácil que tú actúes de la misma manera. Analizando tu entorno puedes localizar a las personas que están provocando tu desidia. En ese caso, resulta conveniente que hables con ellas acerca del cambio que quieres dar en tu vida y no te dejes arrastrar por su comportamiento.

3. Duerme más, come mejor y haz ejercicio

Llevar una vida sana te ayuda a mantenerte activo y provoca que tu desarrollo personal sea el adecuado. En cambio, si tienes hábitos poco saludables, como dormir poco o comer mal, es posible que te sientas cansado y malhumorado, y será la excusa perfecta para postergar tareas y procrastinar. El ejercicio, pese a lo que pudiera parecer, te ayudará a mantenerte en forma y lleno de energía.

4. Haz una lista de tareas pendientes

Muchas personas sienten pereza porque saben que tienen que realizar un gran volumen de tareas, pero no son conscientes de cuáles son exactamente y qué tiempo puede llevar hacer cada una de ellas.

Para ello, lo mejor es hacer un listado de tareas pendientes por la noche, antes de irse a dormir, y dejar todo lo que necesites listo para comenzar en cuanto te levantes. Hay personas que prefieren hacer esta lista en una hoja de papel, mientras que otras prefieren utilizar dispositivos electrónicos. Realmente, el formato que utilicemos es indiferente. El simple hecho de ver por escrito las cosas pendientes nos invitará a ponernos en marcha.

5. Prioriza lo que tienes que realizar

No todas las tareas tienen la misma urgencia. Para establecer un orden en el listado de cosas pendientes debes determinar aquellas cuestiones que es imprescindible abordar de inmediato, lo que implica también saber cuál de todas ellas puedes postergar para más adelante.

Dentro de lo más urgente, puede haber alguna tarea que exija un gran esfuerzo. Si esto fuera así puedes subdividirla en subcategorías más pequeñas que requieran menos esfuerzo.

6. Piensa en los beneficios que vas a conseguir

Una buena forma de encontrar la motivación es no pensar en la dificultad de la tarea o el tiempo que te va a llevar, sino en el beneficio que vas a conseguir. Si te visualizas a ti mismo consiguiendo tus metas conseguirás una dosis de energía extra y tendrás una nueva perspectiva del trabajo a realizar.

Es muy importante que sepas cómo te sientes en cada momento para poder dirigirte a ti mismo y darte el ánimo que necesitas. Tú eres el que mejor te conoce. Dedícate frases motivadoras e inspiradoras que te ayuden a alcanzar la meta propuesta.

7. Enfrenta pequeñas metas

En vez de proponerte un gran reto que te cueste mucho esfuerzo para un día determinado, ve consiguiendo pequeñas metas poco a poco. Será más fácil y te sentirás más motivado. 

Si quieres perder peso, por ejemplo, fijarte un día para dejar de comer drásticamente te llevará a una pronta desmotivación. Es mejor estar alineado con tu objetivo a largo plazo y conseguirlo haciendo pequeños logros a lo largo del tiempo, con los que obtendrás el mismo resultado y sin tanto esfuerzo. 

8. Empieza por la tarea más dura

A primera hora de la mañana tienes más energía, por lo que resulta conveniente comenzar por aquello que te resulte más pesado o que te guste menos. Una vez que lo hayas acabado, te servirá de motivación para afrontar el resto de tareas.

A medida que transcurre el día tu fuerza de voluntad tenderá a ir disminuyendo. Por este motivo, si realizas el cometido más arduo a primera hora podrás enfrentar el resto del día con más posibilidades de ver cumplidas las metas que te propongas. Un truco es pensar si postergar una tarea la hará más fácil en el futuro. Si la respuesta es “no”, lo mejor es ponerse con ella.

9. Elimina las distracciones

Para ser productivo y evitar la pereza se recomienda ser consciente del tiempo que tienes y no desperdiciarlo con distracciones. Lo mejor es desarrollar un hábito que incluya tanto la realización de las obligaciones como el tiempo de descanso.

El establecimiento de horarios específicos también ayuda a organizarse y vencer la pereza. El tiempo de ocio puede programarse tras la finalización de la tarea o entre tareas, en función de su complejidad. Es altamente efectivo, por ejemplo, estar concentrado durante 45 minutos y descansar posteriormente 15 minutos.

10. No realices dos tareas al mismo tiempo

Si queremos ser efectivos debemos desarrollar una tarea detrás de otra y no dos al mismo tiempo, ya que el hecho de tener un gran volumen de cosas por hacer puede contribuir a que te sientas sobrepasado y que te distraigas de las metas que te has marcado.

11. Premia tu esfuerzo

Hasta que termines de eliminar la pereza de tu vida, felicítate a ti mismo tras cada logro que seas capaz de conseguir y date una recompensa a modo de pequeño premio. Puede ser cualquier cosa que te haga sentir bien y que te permita mantener alta la motivación para acometer el resto de tareas que tienes pendientes. 

Si te estás preguntando cómo vencer la pereza, la mejor noticia es que es más fácil de lo que piensas. Teniendo en cuenta que la desidia afecta nuestra productividad y que nos sentimos mal cuando procrastinamos, nos daremos cuenta de que tenemos que cambiar. La organización, la motivación y la fuerza de voluntad son las claves del éxito.