Tu habitación no es solo una estancia más de la casa. Es ese lugar en el que te relajas después de un largo día de trabajo, donde duermes para reponer fuerzas y energías, y en el que te refugias para aislarte del mundo y descansar. Por eso necesitas recrear un ambiente acogedor donde te sientas cómodo, seguro y en paz.

Si tienes la sensación de que tu dormitorio no es un lugar que invite al descanso, introduciendo unos pequeños cambios puedes comenzar a notar los beneficios. Con estos trucos, hacer de tu habitación un espacio relajante es muy sencillo.

La importancia de la cama

La cama debe ser el centro de la habitación. Si quieres hacer de esta estancia un paraíso del descanso debes tener la cama hecha. No tardarás más de cinco minutos y por la noche lo agradecerás.

Por otro lado, es importante escoger adecuadamente la ropa de cama. El colchón debe tener la firmeza necesaria para que te sientas cómodo. Elige sábanas preferiblemente de colores claros, y una colcha o edredón que no pese demasiado y tenga una textura suave y agradable al tacto.

No te conformes con una sola almohada. Rodéate de grandes almohadones que te permitan una postura ligeramente erguida si vas a leer un libro. Visualmente, una cama mullida invita al descanso.

Retira todos los objetos de estrés

Todos los muebles y objetos que estén presentes en la habitación deben estar orientados a tu relax o a tu descanso. Elimina todo lo que tenga que ver con el trabajo, como papeles, facturas o archivadores. No te lleves el trabajo a la cama para adelantar tareas, ni enciendas el ordenador para consultar temas laborales, ya que esto solo te generará estrés y te será más difícil conciliar el sueño.

Tu dormitorio no debe convertirse en una prolongación de las habitaciones de los niños. Si hay juguetes, búscales otra ubicación. Tampoco resulta conveniente tener aparatos para la realización de ejercicios deportivos, ni cualquier otro mueble que entorpezca el paso. Si tienes ropa para lavar, doblar o planchar, mejor que espere en otra estancia.

Por último, conviene que todos los elementos que estén en nuestra habitación permanezcan ordenados. El simple hecho de saber que el interior de un armario es un caos, aunque permanezca con las puertas cerradas, puede ser un impedimento que nos impida relajarnos.

Adiós a las pantallas

Muchas personas creen que ver un rato la televisión antes de dormir puede ayudarles a relajarse y conciliar el sueño, pero no es cierto. Todas las pantallas, incluidas las de las tabletas y los teléfonos móviles, generan estrés y afectan a la calidad del sueño, e incluso pueden llegar a causar insomnio.

La luz azul de estos aparatos llega hasta nuestras retinas, activando las células ganglionares. Estas células envían una señal al cerebro para que entienda que existe luz natural, por lo que se produce una estimulación en el cerebro, lo que impide el descanso.

Si queremos relajarnos y tener un sueño de calidad, cualquier aparato tecnológico o audiovisual tendría que desaparecer de nuestra habitación. Resulta mucho más agradable y relajante la lectura de un libro, escuchar música o practicar algún ejercicio de respiración o meditación.

Iluminación suave e indirecta

Contar con una iluminación suave te ayudará a relajarte y conciliar el sueño, al mismo tiempo que por la mañana te ayudará a despertar de forma gradual. Es mejor que cuentes con diferentes puntos de iluminación tenues repartidos por la estancia que con un solo punto de luz más potente.

Lo ideal sería disponer de pequeñas lámparas en las mesillas de noche, en el punto de lectura y encima del armario o mueble en el que guardas la ropa. Si no tienes posibilidad de disponer de varios puntos de luz puedes crear un ambiente agradable y muy relajante con velas dispuestas en lugares clave.

Si finalmente optas por las velas, es preferible que las escojas aromáticas. Solamente con tenerlas encendidas unos minutos comprobarás que el olor se queda en el ambiente. Escoge tu fragancia favorita, cierra los ojos y déjate llevar.

Decoración minimalista

Una habitación pintada con colores fuertes no invita al descanso. Resulta más conveniente escoger un tono de pintura neutro, como pueden ser los colores blancos, grises o rosas claros. Si además incluyes ropa de cama de esta gama cromática, el efecto visual resultará muy relajante.

En las paredes, es mejor no colocar muchos cuadros. Si quieres tener alguno, lo más adecuado es que transmita paz y serenidad. Si vas a colocar varios, deberías buscar números pares y hacer composiciones simétricas.

Otra opción es colocar alguna foto de tus seres queridos o algún objeto que te traslade a un momento agradable de tu vida, como un viaje. En cualquier caso, no conviene sobrecargar la estancia, ya que utilizar muchos objetos decorativos te dará una sensación de caos y desorden.

El olor también es importante

Los olores relajantes contribuyen a crear una atmósfera propicia para el descanso. Con el fin de conseguir una estancia llena de paz, prueba a colocar unas gotas de fragancia en las sábanas para conseguir un sueño reparador. El lino o la vainilla son dos aromas muy indicados para recrear un ambiente relajante, aunque todo dependerá de tus gustos.

Otra opción para que tu habitación huela bien es poner unas gotas de aceites esenciales en el suelo de la ducha, si es que tienes incluido el baño en la habitación. Con el agua caliente, el vapor de agua contribuirá a expandir el olor, creando un efecto sedante ideal para un sueño reparador.

Si no tienes esta posibilidad, también puedes optar por un purificador de aire que ayudará a eliminar malos olores o un vaporizador donde añadir unas gotas de tu aroma favorito.

Tener una habitación que invite al relax es fundamental para tu salud física y mental. Con estos pequeños trucos podrás hacer de tu habitación un espacio relajante y comenzar a notar los beneficios de inmediato.

Ponte manos a la obra y descubrirás lo agradable que es tener una estancia donde poder descansar, reponer fuerzas, relajarte y desconectar de tu rutina. ¡Nada mejor para tu día a día!