El bienestar laboral es la percepción que un profesional tiene acerca de su puesto de trabajo y en ella influyen multitud de factores. Pasamos muchas horas al día trabajando, de ahí que esto sea tan importante para nosotros, ya que impacta directamente en nuestra calidad de vida y motivación laboral.

Una persona que va contenta a su trabajo y se siente cómoda trabajará más a gusto, rendirá más y será más productiva en sus tareas. Todo ello repercutirá de manera directa en la organización. Crear un buen ambiente laboral, por tanto, beneficia tanto al colaborador como a la compañía.

¿Qué es el bienestar laboral?

No hay que solo medir el bienestar laboral teniendo en cuenta lo contentos que están los trabajadores con las tareas que realizan, este concepto va mucho más allá y se refiere a una gran variedad de factores, tanto de tipo organizacional como psicológicos.

Si la compañía está implicada en crear un buen ambiente laboral conseguirá profesionales centrados en sus tareas, que se sentirán plenamente satisfechos y que serán capaces de transmitir una imagen positiva de la empresa. También se verán reforzados en sus puestos, lo que implica menos bajas laborales por estrés.

El bienestar laboral hace que las relaciones personales con los compañeros de trabajo sean más positivas y que haya mejor ambiente de trabajo. Los equipos se vuelven más productivos, no hay tanto absentismo laboral y se retendrá el talento en la organización.

¿Qué factores influyen en el bienestar laboral?

La percepción que una persona tiene del puesto que ocupa es muy subjetiva, pero existen algunos rasgos comunes que hacen que cualquiera se encuentre más satisfecho en su lugar de trabajo. Estos son algunos de ellos:

1. Buena comunicación

Mantener abiertos los canales de comunicación entre los colaboradores y la dirección de la compañía, contribuye a que estos se sientan escuchados y respetados. También es importante una buena comunicación entre las personas que componen un equipo de trabajo o que trabajan en un mismo departamento.

2. Flexibilidad de horarios

La conciliación entre la vida laboral y la profesional es uno de los aspectos más valorados por las personas. Contar con horarios flexibles o la posibilidad de recuperar las horas que han pedido  para ocuparse de su familia, es un factor muy bien valorado por parte de los profesionales.

3. Salario adaptado a la responsabilidad

Si un sueldo no está adaptado a las tareas y responsabilidades que una persona asume, es posible que se sienta desmotivada y que disminuya su rendimiento. En ocasiones, esta situación genera  frustración que puede ser transmitida a clientes o proveedores.

4. Equipamiento adecuado

Contar con el equipo necesario para la realización de cada una de las funciones es imprescindible para que las personas se sientan cómodas en sus puestos de trabajo. También es necesario que cuenten con espacios para tomarse un respiro o comer, si se trabaja con jornada partida.

5. Posibilidades de formación

Hoy en día, en cualquier sector, la formación continua resulta imprescindible. Una compañía que facilita a sus profesionales posibilidades de formación y renovación, está invirtiendo en bienestar laboral.

6. Beneficios sociales

Cada vez son más las compañías que ofrecen ayudas que no son  económicas, pero que suponen una mejoras en la calidad de vida. Seguro médico, parking privado, ayudas para guarderías, vales de comida o de gimnasio, etc. son algunos de los beneficios que más interesan a los profesionales.

7. Reconocimiento al empleado

A todo profesional le gusta que se reconozca su valía o su implicación en una labor bien realizado. El reconocimiento se puede demostrar de muchas maneras, desde un incremento del sueldo o una simple felicitación por parte de los superiores.

8. Evitar la sobrecualificación

La adecuación entre la formación recibida por parte del colaborador y el puesto que ocupa es fundamental para que se sientan a gusto en el desempeño de su tareas diarias. La organización debe procurar dar a cada persona el puesto que resulta más acorde a su cualificación.

9. Mayor flexibilidad

En ocasiones las organizaciones están muy encorsetadas y no permiten las nuevas fórmulas de trabajo que son propuestas por los profesionales. Cambiar a una nueva metodología de trabajo puede que ayude a aumentar la productividad y el rendimiento de los equipos.

10. Jefes empáticos

Ser un buen jefe no es sinónimo de ser autoritario. Es cierto que una persona que está al frente de un equipo debe tener ciertas habilidades de dirección, pero también es necesaria una dosis de empatía para entender a las personas y ser capaz de motivarlas. Contar con un buen jefe es uno de los aspectos que los profesionales más valoran en el entorno laboral.

11. Factores ambientales

El lugar de trabajo debe ser, ante todo, cómodo, para que las personas puedan concentrarse, rendir adecuadamente y, por tanto, ser más productivas. La temperatura debe rondar los 22 grados y el espacio debe estar bien aislado acústicamente para evitar distracciones. A ser posible, el lugar debe contar con iluminación natural o con colores que reflejen la luz.

Las personas son el activo más valioso de las compañías. Una organización que cuida del bien de sus profesionales tendrá más posibilidades de tener éxito que otra que descuide este aspecto. Por este motivo, merece la pena invertir en un plan de bienestar laboral con políticas internas que tengan en cuenta los diferentes aspectos que hacen sentir mejor a sus equipos. Así, todos ganarán.