Cuando una compañía decide contratar a una persona, intenta encontrar el profesional ideal para la labor que tendrá que desempeñar. No solo tiene que tener los estudios y conocimientos teóricos o técnicos necesarios para el ejercicio de la actividad, sino también unas aptitudes profesionales que le permitan un óptimo rendimiento.

Las compañías buscan al mejor profesional de entre todos los posibles para el puesto. Quizá puedas ser una persona muy preparada, pero si no tienes las aptitudes profesionales que la empresa está buscando es difícil que consigas el puesto. Las aptitudes laborales nos permiten, pues, diferenciarnos en un mercado laboral cada vez más globalizado.

¿Qué son las aptitudes profesionales?

Son aquellas características que nos definen de manera intrínseca. El manejo de idiomas, las habilidades informáticas o los títulos formativos son algo que podemos conseguir a base de estudio. Sin embargo, las aptitudes profesionales son algo que nos define por naturaleza, que forma parte de nuestro carácter.

Si hacemos un ejercicio de reflexión acerca de nuestras aptitudes profesionales podemos determinar cuáles tenemos y cuáles nos faltan. De esta manera, y dado que estas características laborales son modificables, podemos afanarnos en entrenar y potenciar las que ya tenemos, y conseguir las que nos faltan saliendo de nuestra zona de confort a base de constancia y esfuerzo.

Diferencias entre aptitudes y actitudes

No hay que confundir aptitudes con actitudes profesionales, ya que son conceptos diferentes. Aunque ambas son imprescindibles en todo buen profesional, la aptitud profesional se refiere a la habilidad innata para desempeñar alguna tarea, mientras que la actitud se refiere a la manera de reaccionar ante una determinada situación.

El esfuerzo por cumplir los plazos, reaccionar de forma positiva ante los problemas laborales o intentar agradar al cliente, por ejemplo, son actitudes.

Las 11 habilidades laborales más demandadas

Estas son algunas de las aptitudes profesionales más demandadas y que pueden marcar la diferencia en los procesos de selección. Son habilidades que caracterizan a todo buen profesional y que pueden inclinar la balanza a tu favor en una entrevista de trabajo.

1. Capacidad de iniciativa

Una organización no solo quiere que obedezcas órdenes de tus superiores o que cumplas tu trabajo adecuadamente. Eso lo puede hacer cualquiera. Lo que una compañía busca es que propongas soluciones e iniciativas y que aportes ideas y sugerencias que puedan mejorar no solo tu trabajo, sino el de todo el equipo.

2. Trabajo en equipo

Una de las preguntas más reiteradas en las entrevistas de trabajo es si crees que eres capaz de trabajar bien en equipo, y la respuesta, invariablemente, siempre es afirmativa. Sin embargo, trabajar en equipo no es solo hacer el desempeño profesional junto a otros compañeros de trabajo, sino mantener una actitud proactiva y crear un buen ambiente laboral.

3. Creatividad e innovación

Las personas creativas e innovadoras son muy bien consideradas en  las compañías. En un brainstorming es muy fácil detectar a los profesionales con esta aptitud profesional, que puede convertirse en un claro elemento diferenciador respecto al resto.

4. Versatilidad y flexibilidad

La versatilidad es la capacidad de trabajar en diferentes puestos o proyectos. No es necesario para ello que la persona tenga diferentes titulaciones o que esté especializada en diferentes campos, sino que cuente con la flexibilidad necesaria para una rápida adaptación.

5. Dotes de liderazgo

Todas las compañías, independientemente del sector al que pertenezcan, buscan trabajadores líderes, sea cual sea el puesto que van a ocupar. El liderazgo es un claro ejemplo de una aptitud profesional que podemos desarrollar y mejorar.

6. Inteligencia emocional

De nada vale ser excelentes en nuestro puesto de trabajo si no hemos desarrollado nuestra inteligencia emocional. Con esta aptitud profesional podemos afrontar mejor nuestras tareas y los altibajos propios de cualquier trabajo, manteniendo siempre una actitud positiva y dando siempre lo mejor de nosotros mismos.

7. Resiliencia ante situaciones adversas

La resiliencia, desconocida hasta hace poco, es hoy en día una de las aptitudes más valoradas por las compañías. Es la capacidad de aceptar, superar y sobreponerse a cualquier situación adversa de forma objetiva, sin dejarse llevar por los sentimientos de decaimiento, tristeza o impotencia.

8. Empatía con los demás

Ponerse en el lugar del otro, y entender por qué se toman determinadas decisiones, valorándolas de forma objetiva, es fundamental para crear equipos cohesionados, donde todos los miembros que lo conforman remen en una misma dirección. Si las personas que forman parte de un mismo departamento o trabajan juntas en un proyecto piensan en los demás, los responsables de los equipos se ahorrarán más de un problema.

9. Seguridad en uno mismo

Cuando una compañía contrata a una persona no busca que ante una determinada circunstancia se ponga a dudar, sino al contrario, se necesitan profesionales seguros de sí mismos, que no tengan problemas en exponer sus argumentos y aporten ideas, sin estar dubitativos acerca de si serán o no un error. Lo que una compañía requiere son profesionales resolutivos que soporten una mínima carga de estrés.

10.Honestidad con la empresa

Un profesional honesto lo será en todas sus facetas, tanto con la dirección de la empresa, como con sus compañeros o con las personas de las que sea responsbale. Es por ello que esta aptitud laboral es una de las mejor valoradas hoy en día.

11. Disciplina propia

Donde no llegan los conocimientos, llega la disciplina propia, la capacidad de esfuerzo y lucha, y la organización. Trabajando codo a codo con personas con autodisciplina todo resulta más fácil, ya que no es necesario que nadie esté empujando a nadie en el ejercicio de sus tareas.

Las aptitudes laborales son las habilidades que nos permiten destacar en una entrevista de trabajo o ascender en nuestra compañía. Esas características personales son las que se convierten en un elemento diferenciador y nos definen como excelentes profesionales. Merece la pena mejorar las que tenemos y potenciar las que no faltan, no solo para tener un mejor currículum, sino también para seguir creciendo como profesionales y como personas.