Desde 2019, en enero, se conmemora el Día Mundial del Braille. El motivo es el de crear más conciencia sobre la integración de las personas con algún tipo de discapacidad visual. ¿Cuánto sabemos del alfabeto Braille? Hemos recopilado algunos datos curiosos.

El Braille no es un idioma

Para ser correctos debemos hablar de alfabeto Braille, no de idioma Braille. La herramienta que utilizan los sordos para comunicarse es una lengua, la lengua de signos; en el caso de los ciegos, estamos ante un alfabeto. Es decir, es un sistema de escritura, no un lenguaje o un modo de hablar. Con el sistema de celdas de puntos, las personas ciegas pueden leer.

El alfabeto Braille se llama así en honor a su creador

En el año 2024 hará dos siglos que Louis Braille creó su famoso alfabeto. Louis, proveniente de una familia humilde, tuvo un accidente en el taller de su padre que lo dejó ciego a los 5 años. Sin embargo, sus padres lo empujaron a formarse y fue en el Instituto Nacional para Jóvenes Ciegos donde lo hizo, y destacó enormemente como alumno y, después, como profesor. Con solo 16 años ideó su famoso alfabeto.

El relieve como clave para la lectura

Antes del alfabeto Braille existía el método ideado por Valentin Haüy, que consistía en poner relieve a las letras que todos conocemos. Louis Braille simplificó aquel sistema (con el que él mismo había aprendido a leer) convirtiéndolo en celdillas de seis puntos que toman o no relieve según la letra o el número que quieran codificar. La lectura en Braille se ejecuta pasando los dedos de izquierda a derecha.

La informática cambió el alfabeto Braille

La llegada del alfabeto Braille hizo que las celdas ideadas por su inventor se ampliaran a ocho puntos. El motivo es que, en el alfabeto Braille original, algunas letras y números coinciden en su codificación (y se descodifican por el contexto), pero la codificación en informática exigía que cada carácter tuviera su propia representación única en el Braille.

Un alfabeto, muchos usos…

No solo los números y las letras se representan en el alfabeto Braille: también la grafía utilizada en ciencias, los símbolos matemáticos, los musicales y hasta la taquigrafía. 

… y muchos idiomas

Como habíamos comentado al principio, el Braille no es un idioma. De hecho, cada país ha adaptado el Braille a sus necesidades. En español se representa la tilde y también letras que no existen en otros idiomas, como la ñ (en realidad se utiliza la misma grafía que para la ï, que no existe en nuestro idioma). Del mismo modo, los idiomas que no utilizan el alfabeto latino transcriben las letras tal como estas se representarían en nuestro abecedario, pero sin tener en cuenta el orden alfabético.

Un promedio de palabras leídas por minuto cercano al de los videntes

Con estos datos es complicado imaginar a qué velocidad leen las personas que utilizan el alfabeto Braille. Sin embargo, no leen mucho más despacio que los que sí ven: mientras una persona vidente lee alrededor de 200 palabras por minuto, una persona con discapacidad visual puede estar en torno a las 125.

Todos podemos aprender Braille

La ONCE tiene a disposición de todo el mundo un curso básico de autoaprendizaje del Braille que puedes descargarte.