Los beneficios de la música en los niños son infinitos. No solo el hecho de que aprendan a tocar un instrumento, que también, sino el simple hecho de la escucha activa. Mejora su estado de ánimo, fomenta su capacidad de concentración y su imaginación, estimula su actividad neuronal… Por supuesto, es magnífico que elijan la que más les guste: el oído se va haciendo poco a poco, oyendo todo tipo de estilos. Pero quizá la música clásica, y en especial la ópera, les puede resultar más difícil. Por eso hemos seleccionado algunas de las mejores óperas para ellos; más concretamente, arias (es decir, las piezas musicales cantadas de las óperas). Quizá la obra completa puede ser muy dura para ellos, pero si comenzamos con los fragmentos más divertidos es posible que terminen aficionándose a ella.

Aria de la reina de la noche, de ‘La flauta mágica’ (Mozart)

La flauta mágica, de Mozart, es una verdadera delicia para iniciarse en esta música, y sin duda una de las mejores óperas de la historia. De entre sus numerosos personajes, la reina de la noche tiene un aria absolutamente espectacular. A los niños les va a entusiasmar la capacidad que tiene de llegar a agudos casi imposibles.

‘Hansel y Gretel’, de Engelbert Humperdinck

El famoso cuento de los hermanos Grimm tiene una versión operística y es, sin duda, una de las mejores óperas para niños. Lo mejor es verla con imágenes, ya que nos narra el clásico cuento. Hemos encontrado esta versión traducida al español y con marionetas en la que los más pequeños podrán revivir las andanzas de los dos hermanos, la bruja y la casita de chocolate.

‘Zitto, Zitto’, de ‘La Cenicienta’ (Rossini)

Las óperas italianas suelen ser, en general, más sencillas de escuchar para los más pequeños porque suelen tener ritmos más alegres. La Cenicienta, de Rossini, es una ópera cómica y, al igual que ocurre con Hansel y Gretel, merece la pena verla entera porque los niños conocen bien el cuento. Zitto, Zitto es una de las arias más divertidas, en la que las hermanastras están buscando al príncipe para enamorarlo y él se esconde: esta versión simpática y de escenarios coloridos se emitió años atrás en televisión, y si se animan puedes ponerles la ópera completa.

‘Noi siamo zingarelle’, de La Traviata (Verdi)

La Traviata es una tragedia en torno a una historia de amor entre un noble y una cortesana. Sin embargo, en el segundo acto hay una pieza muy colorida y alegre que puede hacer las delicias de los pequeños. Se llama Noi siamo zingarelle (algo así como Somos gitanillas). La versión en stop motion que hizo Pascal Roulin es divertidísima, con muñequitos que caminan entre las copas y los platos de una mesa.

‘La donna è mobile’, de Rigoletto (Verdi)

Al igual que la otra ópera de Verdi, Rigoletto es un drama, pero tiene una de las arias más alegres y reconocibles de la historia. La donna è mobile, escrita a toda prisa por el compositor porque el tenor le pidió una pieza para lucirse, terminó siendo tan popular que la gente la cantaba al salir del teatro. Su facilidad para recordar la melodía y su ritmo hacen de ella una pieza idónea para los niños.